LA HORA DE LOS SENADORES | Martin Erramuspe

La ciencia ha demostrado en forma fehaciente que la VIDA HUMANA comienza con la fecundación, es decir, con la fusión de un óvulo y un espermatozoide. A partir de ese instante estamos en presencia de una nueva persona, un nuevo ser que comenzara a desarrollarse mediante un proceso natural dentro del vientre materno.

En tal sentido, no existe ninguna duda respecto de cuando comienza  la vida, y en todo caso lo que estamos viviendo es una discusión donde lo que se busca es legalizar el derecho a que una persona pueda “matar” a otra sin consecuencia alguna.

Chesterton llamaba “eufemistas” a sus propaladores: eran los que se tranquilizaban si pronunciaban palabras largas y se sobresaltaban con “palabras breves y tajantes”, actualmente al crimen del aborto, le llaman “interrupción voluntaria del embarazo”. El mal siempre aprovecha la ambigüedad y si triunfa es porque aprovecha la fuerza de sus esplendidos incautos.

En caso que se apruebe la ley, el ESTADO, sería el financista de tal aberración porque se garantizaría que el aborto sea además de seguro, gratuito.

Habitamos una ARGENTINA, donde el ESTADO no puede garantizar la educación, la salud, la seguridad, la justicia, el trabajo, la vivienda pero si parecería que podríamos hacernos cargo de que los abortos sean seguros y gratuitos.

En el transcurso de este año, como consecuencia de la pandemia que nos toca atravesar hemos escuchado diversos mensajes con recomendaciones para que nos cuidemos. Nunca antes se hablo tanto de cuidar la VIDA. Sin embargo, en un año que nos toca presenciar y sufrir tantas muertes, y donde cuidar la VIDA es fundamental en estos días, nos enfrentan brutalmente ante la realidad de legalizar la muerte.

Existen diversos argumentos a favor de la muerte, siendo uno de los que más se escuchan, que aún con la prohibición “igual se hacen los abortos de manera clandestina y por tal motivo mueren muchas adolescentes humildes”.

Las propuestas del ESTADO para evitar estas consecuencias deben ser en otra dirección, con políticas públicas  serías, de fondo – más acompañamiento, educación, prevención, vivienda habitables – pero nunca la propuesta debe ser la muerte.

La propuesta del aborto es el reconocimiento del fracaso de nuestra sociedad, y especialmente del ESTADO al no poder proponer nada que rescate el valor de la VIDA y la ESPERANZA. La propuesta del aborto es la respuesta de estado impotente e incapaz ante tanta decadencia.

SENADORES, sean sinceros, sean auténticos con Uds. mismos, cuando bajan a sus provincias, cuando andan por los barrios de nuestro interior del país, quienes de sus comprovincianos hacen fila y se manifiestan para pedir aborto libre y gratuito?

Yo estoy seguro que nadie de sus comprovincianos les pide el aborto, lo que reclaman es trabajo, es vivir en una casa donde no haya hacinamiento, donde puedan vivir tranquilos con su familia y llegar a fin de mes. En cada casa humilde de cada lugar recóndito del país la vida es siembre una bendición. Uds. lo saben SENADORES.

La agenda que se quiere imponer, no es la agenda de los ARGENTINOS, la agenda de los ARGENTINOS que habitan a lo largo y lo ancho del país desean que nuestros dirigentes estén abocados a que haya más igualdad, educación pública de excelencia, salud pública de avanzada, seguridad, generación de trabajo, vivienda, y otras políticas públicas que busquen que una persona pueda encontrar en este gran país la oportunidad de desarrollo que necesita.

A la ARGENTINA le faltan habitantes y le sobra territorio, la respuesta no es el aborto, la respuesta son que nuestros dirigentes, DIRIJAN, y se pongan a trabajar en políticas de fondo que promueva la familia, el desarrollo local con una verdadera política demográfica que tienda a generar trabajo y vivienda adecuada, educación de calidad, prevención y salud, justicia y seguridad.

SEÑORES SENADORES, Uds. representan a sus provincias, se deben a sus comprovincianos. Es por eso que estoy seguro que interpretaran el sentir del interior y votaran en consecuencia.