Una fotogaleria diferente
Escrito por admin el 22 agosto, 2018
“Once”, la nueva muestra fotográfica de Maximiliano Vernazza, se inauguró en el Espacio de Arte AMIA. Allí se propone un recorrido artístico por uno de los barrios más diversos y multifacéticos de la ciudad cuando retoma su silencio y baja la intensidad de transeúntes, es decir cuando cierran los comercios hasta entrada la noche. El reportero gráfico de larga trayectoria puso su ojo crítico a la hora de mostrar un lado B del barrio que ya conocemos como no lo conocemos.
En el marco de un taller, Maximiliano Vernazza comenzó a tomar fotos sobre el mismo tópico: el Once. “Siempre me gustaron los hechos y los personajes que transitan por los bordes, por los límites y este es un barrio que no tiene límites definidos”, afirmó el artista. Tanto es así que el barrio de Once es nombrado así pero en realidad es Balvanera.
A partir del 22 de agosto, se podrá la visitar de lunes a jueves de 10 a 19, y los viernes de 10 a 16, en el entrepiso de Pasteur 633. La entrada es libre y gratuita. Es requisito presentar el documento de identidad para el ingreso.
A continuación el texto curatorial de «ONCE» por Elio Kapszuk:
El barrio de Once se refiere a una zona de Balvanera y no figura como una denominación oficial del catastro; no obstante, es portador de una identidad propia. Asociado al comercio mayorista de una innumerable cantidad de productos–telas, bijouterie, herramientas de trabajo, juguetería, librería, se destacan entre varios rubros—es sinónimo de la inmigración judía, de instituciones y sinagogas.
Además, Once es un ejemplo de convivencia en la diversidad, ya que allí se puede observar colectividades ya históricas en el barrio, como la judía, la coreana y la china, viviendo y trabajando a la par de las llegadas más recientemente, como la peruana y la boliviana.
En estas pocas manzanas se sucedieron tres tragedias tan distintas como dolorosas: el atentado a la AMIA, el incendio del boliche República Cromañon y la tragedia ferroviaria de Once. El nacimiento del rock nacional está asociado a las calles y a los bares de Once. Por estas y otras razones, el barrio fue abordado por muchísimos artistas con distintas formas y perspectivas: literatura, poesía, cine.
El fotógrafo Maximiliano Vernazza se sintió atraído por tan multifacético barrio, y decidió recorrer en particular su periferia, sus zonas menos glamorosas, casi siempre en el lapso que va desde la última hora comercial hasta la noche. El bullicio se transforma en calma, el frenesí de transeúntes y compradores se esfuma, aparecen imágenes poco cándidas, calles devastadas durante la jornada y que de noche muestran (esos) golpes. Un barrio que prácticamente se cierra a las seis de la tarde para dar lugar a una quietud desordenada.
Vernazza viene del fotoperiodismo, y con este trabajo se enfrenta al desafío de retratar un territorio donde no hay noticias, no hay personajes en movimiento, no hay conferencias de prensa. En ese sentido, no es raro que casi haya omitido la forma humana, ya que hay una búsqueda de creación de imágenes a partir de esa ausencia. El artista, a su vez, se corre del propio frenesí diario de su trabajo en las coberturas periodísticas. Sus días se parecen mucho a la locura que se vive en los días y horarios hábiles en el Once. Quizás por eso su búsqueda artística está relacionada con la necesidad de silencio.
El resultado son imágenes profundas, de huellas que no se pueden ocultar. Austeras pero complejas, estas imágenes nos marcan el peso del trabajo y una oscuridad que no enceguece al artista.