Del brainstorming al soulstorming
Había una vez, una pileta llena de aire donde solo los intrépidos se atrevían a nadar. El sonido de las burbujas estrellándose contra la superficie traspasaba las fronteras de la imaginación. El agua, posada sobre el aire, formaba un firmamento carente de estrellas pero plagado de resplandores del color de la luz -relataba el Ingeniero de Planta-. El hombre, visiblemente escindido, fluía a través del éter en un viaje auto inducido. -Vengan, vengan, entren conmigo- decía alebrestado- , la luz es para todos. No la miren, sumérjanse dentro de ella.
La Corporación, situada en el corazón del Silicon Valley, es la proveedora de las cápsulas de comida sintética y concentrada para los astronautas. La escena transcurría en un despacho ultra moderno y lujoso, donde la secretaria entraba y salía cada quince minutos, llevando un vaso con agua fresca. Con una naturalidad, como si su jefe estuviera leyendo un reporte sobre dietas equilibradas. Alertado sobre situación tan particular -me dije-, no puedo dejar de hacerme presente. Acto seguido, reencarnado, aparecí como el Ingeniero Elmer Van Hess, visitante proveniente del Centro de Desarrollo Tecnológico de Baden Baden.
Mis credenciales abrieron de inmediato todas las puertas y en instantes fui invitado a pasar a un meeting room, El recinto lucía como un decorado para una película de Star Wars, o quizás algo más futurista aún. Al acercarme, las puertas, una suerte de portón energético transparente semejante al vidrio pero incorpóreo, se desbloquearon para permitir mi entrada. -Bienvenido Ingeniero Van Hess -me dijo una omnipresente voz andrógina (mezcla de femenina y masculina)- . Nuestra empresa agradece la visita de una personalidad como Ud., reconocida por sus investigaciones en materia de alimentos sintéticos. -Sorprendido, -le dije- por lo visto Uds. están al tanto de mis trabajos, me gustaría entrevistarme con mis colegas para discutir sobre los recientes hallazgos de la ciencia en la materia. – Para empezar, póngase cómodo, -me dijo la voz- y me invitó a sentarme.
La voz no solo conocía mis antecedentes, sino que, por la dirección del sonido, era evidente que sabía perfectamente en qué lugar de la sala me hallaba en cada momento. Como si fuera poco, al minuto de sentarme apareció un pequeño androide, de alrededor de un metro de altura, con un look estilo Arturito y con un uniforme propio de Carson, el Butler de Downton Abbey -Ingeniero Van Hess – me dijo el pequeño monstruo- aquí le traigo un capuchino preparado a su gusto, nuestra máquina de café ha producido el sabor del café turco, de la leche alpina y de la canela angoleña que Ud. acostumbra tomar en sus desayunos dominicales. Hasta la máquina de café sabía de mí más que yo mismo.
Todo muy lindo, pero no había venido hasta aquí para visitar Epcot Center, sino para hablar de tecnología. No estaba dispuesto a perder demasiado tiempo. Tanto en el plano terrenal como en el espiritual, tenía muchas cosas que hacer. -Estimado Elmer -me dijo una voz distinta, en un tono de colega-, ni bien termine de disfrutar su capuchino, vamos a poner a su disposición toda la información con que cuenta nuestra Compañía. Su visita no será una pérdida de tiempo, -me estaban leyendo la mente. Dejé la réplica humana de Elmer tomando capuchino rodeado de esos juguetes tecnológicos y me transporté, energéticamente, a la oficina del Ingeniero de Planta.
Allí transcurría la verdadera acción. La holografía que hacía de recepcionista mostraba en su chaqueta un escudo con el nombre de su jefe: Ingeniero Abraxas Delacroix. La modernidad era apabullante, lo virtual se confundía con lo físico y esto con lo humano. Lo poco que no se podía movilizar por el éter era transportado por pequeños autómatas como el que me sirvió el café, uniformados acorde con la función que cumplía cada uno. -De repente, Abraxas emitió un fuerte sonido que su secretaria interpretó como un llamado. ¨Lo tengo, lo tengo ¨ -repitió eufórico-. Me introduje, sin ser percibido, para ver de qué se trataba. ¨ El siguiente paso en el desarrollo de la alimentación sintética es prescindir del ineficiente aparato digestivo y tomar la alimentación directamente desde su fuente, el sol. Una forma de fotosíntesis, un by pass a una serie de funciones orgánicas que consumen energía y están expuestas al desgaste y la contaminación ¨.
La propuesta parecía un salto histórico en el desarrollo humano. Ser testigo de semejante descubrimiento me dejó perplejo, pero cada vez entendía menos. Un gerente delirando en su lugar de trabajo, una secretaria que toma el hecho como algo normal y como resultado un descubrimiento, más propio de Albert Einstein que de Abraxas Delacroix. -Yoko, ese es el nombre de la secretaria, se dirigió de inmediato a su computadora virtual y -dijo- ¨se convoca a reunión urgente de top management, tema epifanía¨. Más que la urgencia de la convocatoria, me llamó la atención el título de la misma. Con toda amabilidad, aunque sin saberlo, Yoko compartió conmigo su contraseña para entrar en la nube de la Compañía. Ni bien comencé a navegar por los archivos, una palabra concentró toda mi atención: Soulstorming.
La agenda de los gerentes de alto nivel marcaba un día completo, cada dos semanas, dedicado al soulstorming. El manual de procedimientos tenía un capítulo entero denominado soulstorming. Como si eso fuera poco, el Q&A (preguntas y respuestas) para casos de manejo de crisis, dedicaba varias páginas al soulstorming. De inmediato me elevé para hablar este tema a Steven Hawking. Liberado aquí de su vocalizador mecánico, -me dijo- ¨Elmer, Soulstorming quiere decir lo mismo que Brainstorming pero en un nivel superior. El intercambio es entre las almas en vez de entre cerebros. Cerebro superior en lugar de cerebro inferior en términos más amigables con los humanos ¨. -¡Tenés razón!, -le dije- cómo no me había dado cuenta, el juego de palabras parece obvio. ¿Podés explicarme cómo funciona? – Claro – me contestó con una sonrisa- , todo resulta obvio una vez que lo sabés. En el caso del Soulstorming, produce una explosión de creatividad sin limitaciones espaciales y de una profundidad absoluta. La competitividad de una Corporación, que implemente esta metodología, superará por diez a la de sus inmediatos competidores. Algo similar a lo que ocurrió con la línea de producción, inventada por Henry Ford. O con la incorporación de los motores eléctricos respecto a las máquinas a vapor. Ninguna empresa podrá sobrevivir sin aplicar la nueva tecnología.
-¿Vamos entonces a un nuevo salto en la productividad, como a partir de la Revolución Industrial? – le pregunté. -Mucho mayor, existen dos diferencias cualitativas enormes entre la línea de producción y el Soulstorming -comenzó a explayarse Steven-. Mientras la línea de producción impactaba solo la productividad industrial, el nuevo concepto atraviesa toda actividad humana. La cultura, el arte, las ciencias, la política , el deporte, en síntesis cualquier acción que implique creatividad se beneficiará en tal escala que dejará fuera de competencia a quién no lo aplique. El Soulstorming es la puerta de entrada al crecimiento exponencial. -¿Por qué supones que su aplicación puede ser tan universal, en áreas tan disimiles de la acción humana? -le pregunté. -Muy sencillo -me dijo-, la aparición de una nueva tecnología es como el juego de bolas de boliche (bowling), la caída de una clavija arrastra a la de al lado hasta que no queda ninguna en pie. Mientras la línea de producción modificaba la manera de ensamblar los componentes, el Soulstorming abre una nueva dimensión en la utilización de la capacidad del cerebro humano.
-Steven, ya sé que todo es muy sencillo para los grandes magos como vos -le dije-, fuiste muy claro en cuanto a los efectos del soulstorming, pero nada dijiste sobre cómo se alcanza ese estado. ¿Cómo logró Abraxas Delacroix a pasar de delirar sobre una pileta llena de aire, con una superficie de agua, a descubrir un método disruptivo. de alimentación para el ser humano? Después de veinte millones de años de usar el estómago y los intestinos -le pregunté de manera inquisitiva-. -Elmer -me dijo-, en este tema el gran mago es Arthur Huxley, te recomiendo que te comuniques con él y me dejó para adentrarse con Newton y Einstein en el análisis de las propiedades vibratorias de los protones.
Antes de ir al próximo encuentro, quise investigar que más había en los manuales de la Compañía sobre el misterioso Soulstorming. Lo primero que encontré fueron varias siglas cuyo significado no entendí: TPA, LIFT. LEME y DFP. Husmeando por los bits de los archivos terminé descubriéndolo. TPA: Test de personalidad adictiva. LEME: Libre elección del método de elevación. LIFT: Elevador de conciencia o plano de percepción. DFP: Dosis y formula personalizada. – Encontré a Aldous reunido con Isaías, el profeta, Borges, Tesla, John Lennon y Mozart. Espero no interrumpir este verdadero aquelarre -dije-… -Para nosotros, compartir e iluminar es un placer y es nuestra misión. ¿En qué te puedo servir? -me contestó. -Hawking me explicó los efectos del soulstorming en el actual boom tecnológico y el fenómeno del crecimiento exponencial, pero cuando intenté profundizar sobre las formas de acceso al nuevo paradigma, me remitió a vos. ¿Qué significa todo esto? -le dije.
Yo fui el icono de la llamada revolución hippie a principios de los 60`s -comenzó explicando Aldous-. Esa ola fue la primera alborada de una apertura mental hacia las filosofías orientales. También representó la caída de los muros culturales que impedían al ser humano escalar masivamente a niveles superiores de percepción. Estas capacidades estuvieron siempre presentes en los grandes magos, responsables del progreso de la humanidad. Vistos vulgarmente como mentes brillantes, personas superdotadas o ¨tocadas con la varita mágica¨. La posibilidad de que grandes masas pudieran acceder a esos niveles de percepción fue lo que generó, entonces, el terror de los líderes políticos, culturales y religiosos del mundo. Simplemente nos aplastaran como cucarachas. El movimiento quedó sepultado, como la biblioteca de Babilonia, el proyecto de Tesla para proveer energía gratis a todo el planeta, o los escritos esotéricos de los Sabios Cataros. Es el destino de todo aquello que, prematuramente, amenaza el statu quo de una sociedad.
-Escalofriante, -le dije- pero ¿qué tiene que ver el boom tecnológico y el crecimiento exponencial? -La consecuencia más importante de la revolución en las comunicaciones y las redes sociales no fue la caída del Muro de Berlín sino la caída de los muros mentales – comenzó diciéndome-. Ya no es más posible reprimir la vocación humana por explorar nuevos planos de acceso de la conciencia. Eso eleva la capacidad de creatividad y percepción a niveles inimaginables. -Aldous, ¿cuál es el método que permite tal epifanía en el contexto de una rutina gerencial de una Corporación? -le pregunté. -Dejame explicarte el significado de los acrónismos que encontraste en el manual procedimientos de Yoko, la secretaria de Abraxas -me dijo, mientras se arremangaba-.
A lo largo de la historia, los que no tienen el don de ser brujos de nacimiento, han contado con tres clases de umbrales para asomarse al universo de la percepción: el ayuno (propio de la tradición judeo-cristiana), la respiración (especialmente hindú) y las plantas alucinógenas (más difundido en las culturas indo afro y americanas). -Muy interesante -le dije-, pero eso es historia y lo que te estoy contando ocurrió hace dos minutos. -Cuando una Corporación -prosiguió hablando, ignorando mi intemperancia-, establece el principio LEME, Libre elección del método de elevación, indica que cada uno puede elegir el método que prefiera (meditación, ayuno o alucinógeno). El TPA, Test de personalidad adictiva, es para protección del personal. Dado que el uso de sustancias puede generar dependencia en ciertas clases de personalidades. LIFT es una denominación genérica del compuesto capaz de producir la elevación de conciencia o plano de percepción. Finalmente, DFP, indica que la fórmula del LIFT ha sido personalizada según el ADN de cada sujeto y solo se le provee la cantidad requerida para su uso laboral. -La Corporación de Abraxas es proveedora del Estado, sus procedimientos son oficialmente auditados, ¿nadie se da cuenta? -le dije-. Eso implicaría… –
Querido Elmer, -comentó en tono paternal Aldous- ¿conoces el dicho ¨Si no los puedes vencer, únete a ellos ¨? Nadie puede prescindir del soulstorming. La gran diferencia con los 60`s es que ante la imposibilidad de reprimirlo, la dirigencia, asombrada al principio, comenzó a verificar lo disruptivo del fenómeno. Inicialmente lo veían como excentricidades, solo útiles para componer canciones destinadas al Top Ten. Pero desde comienzos de los 90`s se convirtió en el Paramount. Capaz de producir inventos milagrosos, programas de marketing exitosos y campañas políticas ganadoras. El soulstorming es, lo que en el lenguaje popular se llama la varita mágica, o sea la llave de entrada al mago. Es el primer paso de la especie, para hacer automático y masivo el acceso al cerebro superior. -Aldous -le dije- los grandes magos como vos, siempre tienen una mirada que atraviesa los tiempos y destroza los moldes. Gracias por compartirla.
A esa altura, yo, en mi versión humana, ya me había despedido del androide que me sirvió el capuchino. También agradecí a la voz omnidicente el material compartido sobre sus investigaciones. El chofer del Uber me preguntó ¿a dónde lo llevo Sr.? Al parque más cercano -le contesté. En mi viaje de regreso por las estrellas, me crucé con Walt Disney, otro gran mago. ¿Sorprendido con tus hallazgos? -me dijo, con una sonrisa pícara-, ¨ Welcome to tomorrow land¨. (Bienvenido al mundo del futuro).
Elmer Van Hess (Narciso Ibañez Menta), personaje de la serie llamada “El hombre que volvió de la muerte”. Su cuerpo es comprado por un científico quien logra devolverlo a vida mediante el reemplazo de sus órganos por unos artificiales. Lo convierte así en una especie de súper humano, que ha vivido y experimentado el más allá y ahora queda destinado a vivir muchísimo más que cualquier mortal. Entre los cambios que le han hecho, han aumentado también su inteligencia, su sensibilidad. su intuición y su comprensión de la naturaleza humana.