Sin pena ni gloria

Sin Donald Trump, por el conflicto en Siria, ni Nicolás Maduro, a modo de castigo por su gestión, pasó otra edición de la Cumbre de las Américas.

Desde Lima se esperaba una nueva edición de la Cumbre de las Américas donde todos los presidentes del continente acudieran para hablar de temas centrales de la agenda política y económica pero no fue posible.

Hace algunos meses Perú le retiró la invitación a Nicolás Maduro por considerar, junto con otros países, que su gobierno no respetaba la democracia en Venezuela, especialmente con la convocatoria a las presidenciales a realizarse este año. Posición mayoritaria en la región, que confirmó el presidente argentino Mauricio Macri en Lima cuando afirmó que “Argentina va a desconocer cualquier elección que surja de un proceso de este tipo, no es una elección democrática”. Pero otros países, como Cuba y Bolivia, tomaron la defensa de Maduro en la Cumbre.

Donald Trump anunció con mucha menos anticipación que no acudiría. En su caso, la razón fue el uso de armas químicas en Siria. Uno de los puntos fuertes iba a ser su encuentro con Raúl Castro, que tampoco participó.

Por otro lado, la agenda estuvo marcada por los casos de corrupción de la región tras la reciente detención del ex presidente brasileño Lula de Silva y lo ocurrido en Perú con Pedro Pablo Kuscinsky, obligado a dimitir poco tiempo antes de la Cumbre. La misma terminó con la firma del Acuerdo de Lima que propone más de 40 reglas comunes a la hora de combatir los actos de cohecho.