Antonio Walker Prieto (AWP): Estamos enfrentando una temporada muy difícil. Hemos diseñado un plan nacional de prevención y control de incendios como país en conjunto del sector privado, por lo que disponemos de 110 aeronaves, un presupuesto de 150 millones de dólares y más de 7.500 brigadistas. Dado que en Chile tenemos la sequía más grande de nuestra historia, estamos teniendo con mucha frecuencia incendios. El cambio climático llegó para quedarse y una de las consecuencias es la mayor frecuencia de incendios.
En los últimos cinco años Chile contabilizó más de 6.000 incendios, afectando una superficie media de 177.000 hectáreas. ¿Cómo explicar el alto número de deflagraciones?
AWP: Desgraciadamente creemos que ha aumentado la intencionalidad, por lo que estamos muy preocupados. Hace 20 días tuvimos cuatro incendios que comenzaron simultáneamente el mismo día en distintos puntos muy estratégicos, y creemos que hay una mayor intencionalidad. Sabemos que el 99% de los incendios son provocados por el hombre, un 30% de ellos son intencionales, el otro 70% es por descuidos, por malas prácticas. Pero este año, creemos que la intencionalidad ha subido a más del doble, y eso es lo que nos tiene preocupados.
AWP: Sí. Los incendios no se terminan cuando se va el fuego. Queda un problema medioambiental, social, económico. Sabemos que recuperar un bosque lleva por lo menos 100 años. El daño que provocan los incendios es irreparable, por eso es que estamos con un plan de prevención y combate importante en Chile. Pero la verdad es que la intencionalidad causa mucho daño y es muy difícil de pronosticar y prevenir.