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Protestas contra Bolsonaro

Escrito por el 17 mayo, 2019

Centenas de miles de estudiantes y profesores de todo Brasil denunciaron el miércoles los bloqueos de recursos para la educación anunciados por el gobierno de Jair Bolsonaro, que atribuyó la agitación a la manipulación de “idiotas útiles” por activistas de izquierda.

Las huelgas y los actos de esta primera gran ola de contestación contra el exmilitar ultraderechista, que asumió el 1 de enero, se extendieron por casi 200 ciudades de los 27 estados del país, según informes oficiales compilados por la prensa.

Los manifestantes apuntaron igualmente contra la reforma del sistema de jubilaciones -considerada esencial por el gobierno para enderezar las cuentas públicas- y contra la reciente ordenanza de Bolsonaro que flexibilizó el porte de armas.

El balance oficial de participantes es imposible de establecer, porque las autoridades de muchos estados -como Rio de Janeiro- no publican estimaciones. Hasta primeras horas de la noche, las fuentes oficiales dieron parte de 15.000 manifestantes en Brasilia y 20.000 en Belem (norte).

Las imágenes aéreas de la televisión mostraron impresionantes muchedumbres desfilando por Rio y Sao Paulo, donde los organizadores estimaron una participación de 150.000 personas que corearon consignas como “Saquen las manos de la educación” y “Libros sí, armas no”.

Igualmente según los organizadores, hubo 70.000 manifestantes en Salvador (nordeste), 20.000 en Curitiba (sur) y 15.000 en Belo Horizonte (sudeste). La jornada transcurrió mayormente sin incidentes, fuera de un choque entre grupos de jóvenes y policías en Porto Alegre (sur) y del incendio de un autobús en Rio tras el fin de la marcha.

Las protestas denuncian los planes del ministro de Educación, Abraham Weintraub, de bloquear recursos, incluyendo el 30% del presupuesto no obligatorio de las universidades federales. La medida compromete miles de becas para estudiantes, así como el pago de las cuentas de luz, agua, servicios de limpieza y seguridad.

El gobierno alega que no se trata de recortes definitivos, sino de una congelación de fondos habitual en todas las áreas cuando los ingresos previstos son inferiores a los contemplados por los presupuestos. Weintraub, convocado por la Cámara de Diputados, explicó que el nuevo gobierno “no es responsable del desastre de la educación básica brasileña” y advirtió que la “autonomía universitaria no es soberanía. Las universidades tienen que respetar las leyes”.

– “Idiotas útiles”

Bolsonaro acusó a quienes se volcaron a las calles de ser “idiotas útiles”. “La mayoría es militante (…) Son unos idiotas útiles usados de masa de maniobra por una minoría habilidosa que compone el núcleo de las universidades federales”, dijo el presidente desde Dallas (Texas), donde el jueves será homenajeado por la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos. Esas declaraciones hirieron el orgullo de los manifestantes que insisten en la defensa de la educación.

“Tengo una maestría y un posdoctorado en energía; si alguien es idiota en esta historia no soy yo. Sin ciencia no hay salud ni trabajo. Estamos aquí luchando para que Brasil siga produciendo conocimiento. Sin dinero, no hay conocimiento”, dijo Mariana Moura, de 38 años, investigadora en el Instituto de Energía de la Universidad de Sao Paulo.

Desde la llegada de Bolsonaro al poder, la educación se convirtió en un terreno de conquista designado para los sectores más radicales del electorado ‘bolsonarista’, decididos a extirpar cualquier vestigio de “marxismo cultural” de las aulas.

Bolsonaro ya había provocado otro acalorado debate en abril, al anunciar que su gobierno consideraba recortar los fondos públicos asignados a los campos de filosofía y sociología en las universidades.

“El objetivo es centrarse en las corrientes que generan un retorno inmediato al contribuyente, como los estudios veterinarios, de ingeniería o médicos”, explicó.

En la red social Twitter, los tres principales tópicos de discusión eran por la tarde #TsunamiDaEducação, #Lula Livre y #NaRuaPelaEducação (en la calle por la educación).

La agitación preocupa a los mercados, que apostaron en Bolsonaro para avanzar con sus reclamos de recortes fiscales.

La Bolsa de Sao Paulo, que en los primeros meses de la gestión de Bolsonaro llegó a ganar casi un 15% y a superar los 100.000 puntos, cerró el miércoles a 91.623 puntos (-0,51%), su menor nivel desde el 3 de enero, bajo el impacto de la situación política en Brasil y de las tensiones comerciales internacionales.

El dólar superó por primera vez los 4 reales desde el 25 de abril, llegando a 4,019, antes de refluir ligeramente para cerrar a 3,97.

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