Pidió perdón
Escrito por admin el 25 agosto, 2018
El Pontífice reconoció su “vergüenza” sobre los abusos sexuales cometidos por el clero en Irlandia y evocó el “fracaso” de la Iglesia por no haber afrontado de forma adecuada “los crímenes innobles”.
En la agenda del papa Francisco en el marco de su viaje a Irlanda este fin de semana estaba previsto el cierre del Encuentro Mundial de las Familias, una cita internacional para reflexionar sobre la importancia del núcleo familiar. Sin embargo, sus discursos han girado en torno al escándalo de abusos sexualesperpetrados por miembros de la Iglesia católica en Irlanda.
Este domingo, junto al santuario de Knock, a 180 kilómetros de Dublín, el Santo Padre imploraba “el perdón de Dios por estos pecados, por el escándalo y la traición sufridos por tantas personas en la familia de Dios. Esta cicatriz abierta nos desafía a ser firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y la justicia”, declaró el papa Francisco.
En su primer discurso del fin de semana, que tuvo lugar este sábado, el papa también evocó los escándalos sexuales y reconoció fallos en el seno de la Iglesia: “El fracaso de las autoridades eclesiásticas al afrontar estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto estos sentimientos”, declaró el papa, que también se entrevistó con víctimas de estos abusos, aunque de manera extraoficial.
Por su parte, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, pidió al papa Francisco utilizar su “posición” y su “influencia” para procurar que se haga “justicia” para las víctimas de abusos cometidos por eclesiásticos en “el mundo entero”.
La visita del papa a Dublín está marcada por los escándalos sexuales que salpican la Iglesia católica, no solo en Irlanda, escenario del mayor caso de pederastia por parte del clero, sino también en Estados Unidos tras las recientes revelaciones en Pensilvania o en Chile, donde la Iglesia sufre una grave crisis por los escándalos sexuales.
En 2009 se publicó un informe que sacudió al clero y a la sociedad irlandesa. En la investigación, que duró una década, se comprobó que más de 25.000 menores habían sido violados por unos 400 curas entre 1914 y 2000. Este escándalo sexual se convirtió en el de mayor magnitud en el seno de la Iglesia católica, que, junto a las autoridades del Estado, encubrió a los curas pederastas.
Una de las víctimas, Marie Collins, violada repetidas veces por un cura cuando tenía 13 años, estima que “mientras el Papa esté en Irlanda, es importante afrontar esta cuestión de frente porque la vida de mucha gente ha sido destruida. Esperamos que el Pontífice hable claro. Lo que debería hacer es expulsar de la Iglesia católica a “todas las manzanas podridas”.
Desde 2002, más de 14.500 personas se han declarado víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes en Irlanda. Los casos persisten, también fuera de las fronteras.
Precisamente la semana pasada Estados Unidos también fue testigo de unas importancias revelaciones de casos de pederastia en la Iglesia católica. El caso de Pensilvania, en el que figuran las atrocidades sufridas por más de 1.000 menores por parte de unos 300 curas, es el más grave en el seno de la Iglesia estadounidense, que también ocultó los hechos.
Para expresar su rechazo, el Papa Francisco publicó una carta en la que reconoció que “la Iglesia no estuvo a la altura y descuidó a los menores” de los que se hacía responsable y de los que a partir de ahora “la Iglesia se compromete a garantizar su protección”. Asimismo, calificó los abusos como crímenes e instó a que haya “tolerancia cero” frente a estas prácticas. La iniciativa del Papa provocó que el sacerdote francés de la diócesis de Valence, Pierre Vignon, reclamara la renuncia del cardenal de Lyon, Monseñor Barbarin, uno de los más altos jerarcas católicos del país, investigado por presunto encubrimiento de abusos sexuales.
En América Latina, la Iglesia chilena es la más afectada por este tipo de escándalos. Debido a la crisis por el alto número de denuncias de pederastia, todos los obispos chilenos presentaron su renuncia en bloque el pasado mes de mayo. La dimisión de cinco de ellos fue aceptada por el Papa, que se enfrenta, con esta crisis global, al reto de responsabilizar de crímenes sexuales a miembros de su propia institución.
RFI