Impuesto a los viajeros
Escrito por admin el 3 enero, 2019
Adoptada definitivamente el 31 de diciembre, la ley de finanzas del Gobierno italiano introduce una nueva tasa para los turistas que visitan la Serenissima. El objetivo es lograr una contribución para los gastos de mantenimiento de la ciudad y limitar el turismo de masas. El cobro de tasas de entrada a determinados destinos turísticos no es nuevo en Italia.
Por Anne Le Nir
En Venecia, este nuevo impuesto tendrá que ser recaudado directamente por las empresas de transporte a partir de julio de 2019. Concretamente, se añadirá al precio del pasaje un suplemento de 2,50 euros a 10 euros, dependiendo de la temporada. El dinero recaudado por las empresas de transporte será girado directamente a la Municipalidad de Venecia. Queda por ver qué detalles de las modalidades de aplicación serán decididas por el Ayuntamiento de Venecia antes de finales de febrero.
Porque los propietarios de una segunda residencia en Venecia, las personas que no viven en el lugar, pero que van allí por razones de estudio o de trabajo, deberían estar exentos de este impuesto.
Habitantes “ahogados”
El impuesto está destinado principalmente a los turistas de día que, hasta ahora, nunca han tenido que pagar una tasa por estancia. Y entre los 30 millones de personas que visitan Venecia cada año, hay muchas. Sin embargo, es posible que los que se queden varias noches en la Serenissima también tengan que pagar este impuesto.
Pero, como señala el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, los venecianos se están ahogando, literalmente. De hecho, la ciudad, que tenía 175.000 habitantes en la década de 1960, ahora sólo tiene 53.000. Esto se debe en parte al coste de la vivienda, que es un precio que hay que pagar por el éxito de Venecia. Sin embargo, son los residentes los que asumen los costos de mantener la ciudad y garantizar su seguridad. Por lo tanto, el impuesto, que según las estimaciones iniciales podría aportar entre 40 y 50 millones de euros al año a la ciudad, debería permitirles vivir en condiciones más agradables y reducir los impuestos locales. Pero no será una solución milagrosa.
Medidas adicionales
La pasada primavera, Venecia intentó regular los caudales mediante la instalación de pórticos, pero esta iniciativa no es suficiente para resolver los problemas. La decisión de retirar los revestimientos de la Plaza de San Marcos tampoco se aplica siempre al pie de la letra. Y luego, desde 2017, se publica cada año una guía de buenas prácticas para hacer más responsables a los turistas. Pero esto no ha puesto fin al comportamiento irrespetuoso, especialmente en verano. Aunque no resistirse a la tentación de sentarse en el suelo, en plataformas, puentes o plazas puede resultar muy caro; ya sea una multa de 50 a 500 euros, dependiendo de las circunstancias.