El fenómeno ambiental Greta Thunberg

Greta Thunberg, la joven activista sueca, fue recibida este martes por la Asamblea Nacional francesa, donde emplazó nuevamente a los responsables políticos a actuar frente a la urgencia climática.

En menos de un año, Thunberg se convirtió en la más reconocida militante contra el cambio climático. En agosto pasado se convirtió en una destacada figura dentro de las huelgas estudiantiles realizadas en las afueras del Riksdag (Parlamento sueco), generando conciencia hacia el calentamiento global. En noviembre habló en TEDx Estocolmo e inició el movimiento Juventud por el clima, y en diciembre ofreció un discurso ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2018 (COP24). En marzo fue nominada para el Premio Nobel de la paz por un grupo de parlamentarios noruegos.

Thunberg ha sido diagnosticada con autismo (Síndrome de Asperger) y TDAH. Ella insistió en que su familia se volviera vegana y dejara de volar para así reducir su huella de carbono y suele viajar por el mundo en tren acompañada por su padre. Este año publicó el libro No One is Too Small to Make a Difference.

Today we’re speaking at the National Assembly in Paris. #FridaysForFuture pic.twitter.com/St62PqAD7H

— Greta Thunberg (@GretaThunberg) July 23, 2019

La joven de 16 años recibió este domingo en Caen el Premio Liberté 2019 en presencia de los veteranos del Desembarco en Normandía de 1944. Thunberg fue invitada a la Asamblea Nacional por 162 diputados de distintos partidos del colectivo por el clima “Aceleremos”. Sin embargo, no todos le dieron la bienvenida a la militante sueca ya que diputados de Los Republicanos y Agrupación Nacional (ex Frente Nacional) dijeron que no querían recibir “lecciones de un niño”.

Manuel Arias Maldonado, profesor de Ciencia Política -experto en teoría política medio ambiental- en la Universidad de Málaga, evocó la figura de Thunberg y su impacto mediático.

¿Cómo interpretar el discurso de Greta Thunberg ?

Thunberg dice mucho acerca de la sociedad en que vivimos y de cómo se crean los estados de opinión. Porque el fenómeno contra el cual ella y sus compañeros protestan, el cambio climático de origen antropogénico, lleva científicamente acreditado quizás ya hace unos diez años.

Son manifestaciones de adolescentes, de personas en edad todavía escolar, en proceso de aprendizaje, las que llevan la voz cantante de la revuelta contra políticas de insostenibilidad reclamando acciones urgentes. Es sintomático de una sociedad un tanto infantilizada, que responde a íconos. Es también una muestra de la emocionalidad, la irracionalidad incluso de las opiniones públicas: en lugar de atenerse a datos acreditados acerca del fenómeno climático, necesitan el impacto afectivo que les produce una adolescente, y su fuerza icónica.

¿Esta protesta juvenil, contrapuesta a la inacción de los adultos, podemos verla como la expresión de una ruptura generacional?

Podemos verlo así. La edad de Greta Thunberg es tan corta que tampoco podemos hablar de una especial racionalidad. Son personas que aún no han completado su proceso de formación y cuya capacidad para evaluar el modo en que funciona una sociedad y como opera la política en ella, es un tanto limitada. Podemos verlo como un grito de la inocencia contra el cinismo de los adultos, en sociedades por lo demás envejecidas, donde hay miedo al riesgo. Lo hemos visto con el Brexit. Una tendencia a que las cosas sigan como están para evitar disrupciones. En ese sentido, podríamos hablar de un quiebre generacional evidente, en la expresión de una brecha generacional.

¿Qué comentarios le merece la figura mediática de Greta Thunberg?

El personaje mediático nos dice que el activismo ocupa un papel muy importante en los procesos de formación de las opiniones públicas, que las redes sociales permiten la difusión con mucha mayor facilidad la difusión de estos movimientos y esto acelera los ciclos de cambio cultural. Dice también que, en alguna medida, la captación del público, en defensa de tales o cuales iniciativas, se lleva a cabo -en mayor medida que en el pasado- a través de procesos emocionales antes que racionales. Porque las causas por las cuales este movimiento, encabezado por Thunberg, tiene lugar, son conocidas desde hace mucho tiempo por aburridos documentos científicos y aburridas reuniones internacionales. En ese sentido hay un fracaso de la opinión más que un fracaso de la política.

Por RFI.