El Club Francés te invita a leer el nuevo libro de Alieto Guadagni
Escrito por Pablo De Vita el 25 julio, 2024
(26 de Julio de 2024, Buenos Aires) – «La amenaza ambiental en el planeta» es el nuevo e-book de Alieto Guadagni y Miguel Angel Cuervo editado por el Instituto Argentino de Energía «General Mosconi», el Club Francés de Buenos Aires compartió para su lectura el libro que cuenta además con el prólogo de Jorge E. Lapeña que desde esas páginas señala que: «El libro enfatiza sobre un concepto fundamental: se trata un problema global producido por prácticas de la comunidad global muy asociada a la producción y consumo de la Energía y a la utilización del suelo. Un problema global como es el planteado tiene impacto global y por lo tanto requiere una solución global y acordada en forma pacífica por la comunidad internacional. Es clave que los esfuerzos de los integrantes de la comunidad internacional sean equitativos y proporcionales a su contribución a la contaminación». En sus 139 páginas el libro explora y analiza 1) “emisiones y contaminación”; 2) “el cambio climático amenaza la vida en la tierra: hechos recientes; 3) “transición energética: actualidad, hoja de ruta hacia un mundo sin emisiones contaminantes y la realidad ambiental en 2023 y 2024”; 4) “historia de las conferencias mundiales climáticas convocadas por las naciones unidas (las COP); y 5) conclusiones.
Introducción:
Han pasado veintinueve años desde la primera Conferencia de las Partes sobre
Cambio Climático celebrada en Berlín en marzo de 1995. En la COP 1 se dictó el
Mandato de Berlín que exigía a las Partes que iniciaran negociaciones para reducir
las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Desde entonces las reuniones
se sucedieron anualmente, abordando el tema global más complejo del presente a
través del diálogo y sorteando frustraciones que surgían en cada ocasión, a
propósito de los estudios sobre el Calentamiento Global y sus efectos en la Tierra,
con relación a los recursos y sobre la población.
Los estudios científicos han confirmado que ha sido la actividad de los humanos la que
transformó los sistemas naturales a lo largo de miles de años y que el desarrollo de la
producción industrial basado en la combustión de hidrocarburos fósiles, a la vez que sacó
a millones de personas de la pobreza, ha creado también la externalidad del Cambio
Climático que pone en riesgo la vida en la Tierra.
Cada ser humano produce 5 Toneladas de Dióxido de Carbono (CO2) por año, de las
que una cuarta parte queda atrapada en la atmósfera por centenares de años, una
concentración de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que distorsiona el balance
energético a punto tal que por cada un uno por ciento de aumento de GEI se impulsa el
reingreso en la Tierra de 0,05 watts de energía por metro cuadrado de superficie cada
2,3 segundos, produciendo un impacto equivalente a una bomba atómica como la
desplomada en Hiroshima.
El primer avance concreto en la lucha contra el Cambio Climático ocurrió en 2015
en la COP 21 reunida en París. Allí se definieron los límites cuantitativos de temperatura
máxima de la Tierra que no debían ser atravesados si el objetivo era proteger la vida en
el planeta. Los rangos eran de 2º C por encima de la temperatura existente en los años
previos a la Revolución Industrial, como límite de seguridad de segundo nivel, dejando
como restricción ideal una temperatura no superior a 1.5º C. El cronograma ambiental
preveía un control de avance para el año 2030, una primera meta global para el año 2050
y el punto de llegada se establecía en 2100. En la COP de Paris se informó que el peligro
para la Tierra de continuar con la combustión de fósiles era llevar la temperatura a 3º C
por encima del nivel pre-industrial.
También se reconoció el aval científico que determinó que la emisión de Dióxido de
Carbono (CO2) generada por la producción de hidrocarburos fósiles (i.e. Carbón,
Petróleo y Gas Natural) y de Gas Metano (también proveniente de la quema de Fósiles
y otros orígenes) eran los principales responsables del Cambio Climático.
Sucesivas Conferencias fueron sumando vigas de sostén en la lucha para dominar
el Calentamiento Global. Instrumentos como la Mitigación de GEI y la Adaptación vía
inversiones en infraestructura para combatir los impactos del Cambio Climático se
sumaron a los esquemas de limitación al uso de fósiles. En la COP 27 (Mar Rojo, Egipto,
2022), se incorporó un mecanismo de compensación reclamado por el mundo en Desarrollo y los Países Emergentes, mediante la creación de un Fondo para Pérdidas
y Daños que proveería a las naciones menos desarrolladas de asistencia financiera,
asignada a apoyar políticas de protección de los daños del Cambio Climático.
En 2023, la Conferencia de las Partes se llevó a cabo en Emiratos Árabes Unidos EAU),
un país que habita solo al 0,1 % de la población mundial, genera el 0,5 % del Producto
Bruto Interno global y es fundador y miembro de la OPEP +, la Organización de Países
Exportadores de Petróleo que agrupa a los exportadores de petróleo del Golfo Pérsico,
Venezuela y Rusia.
Esta última COP 28, celebrada en Dubai en diciembre 2023, curiosamente presidida por
las autoridades del gobierno de los EAU, un país petrolero, produjo un avance
significativo en la lucha por la protección ambiental mundial. Para muchos analistas ha
sido la COP más importante desde la de París en 2015.
En la COP 28 se llevó a cabo la primera revisión de resultados del combate al
Calentamiento Global, se dispuso que las Partes deberán entregar nuevas
Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC), comprometiendo metas más
ambiciosas para 2035, una etapa de control previo a la meta de 2050, que las que
se presentaron para el contralor de 2030.
Las Naciones Unidas definieron el resultado de la COP 28 como ‘el primer paso para el
tránsito hacia el final de los combustibles fósiles como fuente de energía dominante’
aunque, ajustándose a una política de lo posible en el concierto internacional, con 198
naciones presentes y unos 70.000 asistentes de gobiernos y de la sociedad, aceptaron
un consenso de phase down (reducción significativa sin eliminación total) de los Fósiles
en la matriz energética primaria global para 2050, dejando de lado un primer compromiso
de phase out (eliminación total y final) de los hidrocarburos.
El panorama climático del año 2023 lo ha mostrado como el más caliente desde
que se lleva registro fiable de temperatura. La Organización Meteorológica Mundial
(OMM), ha confirmado que en 2023 la temperatura media anual del planeta estuvo
1,45 ± 0,12 °C por encima de los niveles preindustriales (1850-1900), advirtiendo
que julio y agosto fueron los dos meses más calurosos desde que se registra la
temperatura y que todos los meses entre junio y diciembre se batieron los récords
históricos. También informó que “desde los años 80, cada década ha sido más cálida
que la anterior, y los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene
constancia. Las cifras extraídas de los seis conjuntos de datos (que computa la OMM)
muestran que el aumento de la temperatura media decenal en 2014-2023 se situó en
torno a 1,20°C”.
No solo la Tierra ha sentido el impacto del Cambio Climático. Las temperaturas de
la superficie del mar fueron excepcionalmente altas durante gran parte del año y
se produjeron perniciosas olas de calor marinas de intensidad severa. En la
Antártida, la extensión del hielo marino fue la más baja jamás registrada, tanto para el
mínimo de finales de verano (en febrero), como para el máximo de finales de invierno (en
septiembre). Otros indicadores relevados por la OMM muestran el ‘aumento en la
acidificación de los océanos, el nivel del mar, la extensión del hielo marino y el balance
de masas de los glaciares, por citar algunos’.
Para completar el aspecto ambiental vigente, hay que calibrar que mientras en los años
anteriores al inicio de la era industrial el CO2 atmosférico se mantuvo a un nivel casi
constante, situándose en torno a 280 ppm (ppm = número de moléculas del gas por
millón de moléculas de aire seco), desde entonces, el CO2 ha aumentado 50 % hasta
alcanzar 423 ppm, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles, la
deforestación y los cambios en el uso del suelo que se asocian al gas Metano.
En ese contexto descripto hay que valorar que las Partes han avanzado hacia el
control de GEI, pero no al ritmo necesario para cumplir con los cronogramas y
metas de Paris.
Son muchas las naciones, especialmente las más desarrolladas económicamente,
donde viene creciendo el PBI y al mismo tiempo disminuyen las emisiones. Es el caso
de los Estados Unidos, donde el PBI actual es el doble que el del año 1990 pero las
emisiones contaminantes son un 30 por ciento menores, algo similar viene ocurriendo en
los países industrializados de la Unión Europea. Un caso importante es China, que es
por mucho el primer contaminador mundial. El PBI chino es ya 14 veces mayores al de
1990, pero sus emisiones crecieron solo cinco veces. Algo similar viene ocurriendo en la
India. Esto es importante porque las emisiones totales de CO2 generadas por China,
Estados Unidos, India, Unión Europea y Rusia son el 60 por ciento de las emisiones
mundiales.
Una parte de esta mejora fue generada por los avances en costos, precios y progreso
técnico logrado en la energía Renovable (i.e. Solar, Eólica, Bioenergética y Nuclear). Por
ejemplo, en el caso de la energía Solar, mientras en 2015 la capacidad instalada era de
solo 230 GW, en 2023 había trepado a 1.050 GW y los proyectos conocidos sumaban
una potencia adicional de más del doble de la última cifra.
Es este panorama el que habilitó a la Agencia Internacional de Energía (IEA) a desarrollar
los modelos principales de análisis de la hoja de ruta hacia el Cero Neto de emisiones
GEI en 2100. Los estudios por país sobre su camino al Cero Neto han crecido
fuertemente: en 2015 sólo un país había adherido a la idea y ahora, en 2023 el total de
países que trabajan bajo la hipótesis del Cero Neto llega a 101.
El desafío de dominar el Calentamiento Global es fenomenal, los recursos financieros
para afrontar las inversiones en todos los frentes (vg. Mitigación, Adaptación, Captura y
Depósito de GEI, limitación de emisiones a través de restricciones a la producción de
fósiles, especialmente el carbón) son insuficientes. Otras técnicas como la ‘geoingeniería
solar’ o la ‘remoción de CO2’ que propone la industria petrolera son difíciles de adaptar
a la convivencia de las Partes.
No obstante, la COP 28 ha hecho avances importantes. Hay que esperar a que las Partes
presenten sus nuevas Contribuciones Nacionales Determinadas en el año 2025.
La organización de este libro presenta (Capítulo I) una revisión ordenada de la
situación del Cambio Climático, analizando la evolución del tema desde el siglo
XIX con foco en las responsabilidades de la comunidad científica,
de la industria energética y el papel de las Naciones Unidas consagrado a universalizar
la conversación y allegar asistencia técnica a los Estados Parte.
En el Capítulo II se presentan los efectos más visibles del Cambio Climático a
través de una exposición de casos y de ‘fenómenos extremos’ y se analiza la
relación entre Cambio Climático y Calentamiento Global. En la última sección del
Capítulo se desarrollan los temas que o bien significan interrogantes a resolver en el
camino hacia la meta Cero Neto o bien dificultan el avance hacia la eliminación de los
combustibles fósiles de la matriz energética global.
En el Capítulo III se aborda el tema central del Cambio Climático en el siglo XXI, la
‘transición energética’ y se presentan y discuten los datos ambientales actuales,
incluyendo la hipótesis de transformación de la matriz energética primaria global.
También se desarrolla el modelo de la Hoja de Ruta para el Cero Neto en 2050, en la
versión de la Agencia Internacional de Energía (IEA), principalmente en el escenario de
nuevas políticas y prácticas ambientales y energéticas. Además, se analizan aspectos
del tránsito al Cero Neto en un contexto de brechas que salvar para arribar a la meta.
Finalmente, se analizan las metas ambientales en 2023-2024, la escasez de
financiamiento y el papel de la industria petrolera y gasífera en esta etapa.
El Capítulo IV presenta y evalúa las sucesivas Conferencias Mundiales Climáticas
convocadas por las Naciones Unidas. Se reseñan los resultados de las principales
COP, calificando los avances o desvíos, pero partiendo de la base de que se trata de
ladrillos portantes de estructuras funcionando positivamente y no de cemento no cuajado.
Se informa en detalle lo tratado en la COP 28, una revisión analítica que sirve para
estudiar los resultados según distintas visiones, por ejemplo, la de las Naciones Unidas,
la de la presidencia de la COP (i.e. EAU) y la opinión independiente, la de los autores del
libro.
El Capítulo V, concluye este libro. El cierre es concreto: No queda mucho tiempo,
una vez más, es hora de cuidar sin demoras la Casa Común.
Podes leer el libro completo aquí: LA AMENAZA AMBIENTAL EN EL PLANETA
Sobre el Club Francais
Fue creado el 20 de mayo de 1866 citando entre sus objetivos desarrollar la amistad y las relaciones culturales entre los numerosos emigrantes franceses1 y los argentinos francófilos. En aquel entonces, club se instaló por primera vez en Café Malakoff, que se encontraba a pocas cuadras de la Casa Rosada. En 1910, por iniciativa del presidente del Club Francés se erigió en Buenos Aires un monumento en homenaje a los servicios prestados al país por Santiago de Liniers.
Entre sus primeros miembros se encuentran Ulderic Courtois, arquitecto de la basílica de Nuestra Señora de Luján, François Simon, creador de la Alianza Francesa de Buenos Aires, Joseph Linières, presidente de la Academia Nacional de Medicina, el arquitecto y paisajista Carlos Thays, director de parques y jardines de la ciudad de Buenos Aires, creador del Jardín Botánico Carlos Thays y de los jardines del barrio de Palermo, y Paul Groussac, director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina de 1885 a 1929. El Club Francés es sitio habitual de conferencias a las que asisten numerosos escritores, artistas y estudiosos como Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Luis Federico Leloir, Luisa Mercedes Levinson, Henri Laborit, Mario Vargas Llosa, Victoria Ocampo, Adolfo Bioy Casares.
Con motivo del centenario de la Revolución francesa, el Club Francés recibe como miembro a Carlos Pellegrini, vicepresidente de la República Argentina, quien pocos meses después asume la presidencia de la Nación. Por el centenario de la Independencia recibe como miembro a José Figueroa Alcorta, Presidente de la Nación, acompañado de sus ministros y embajadores. En esa ocasión también reciben a Anatole France, premio Nobel, y Vicente Blasco Ibañez. Entre sus huéspedes más reciente se encuentran Dominique de Villepin, quien instaló en la entrada una placa en homenaje a la comunidad francesa en Argentina, y José María Aznar.
El Club Francés, como actividad deportiva, desarrolla la práctica de la esgrima. En 1966, encargó al campeón olímpico Edward Gardère la creación de una sala de armas que dirigiría hasta su muerte en 1997, la cual se encuentra en el subsuelo.
El club sirvió de alojamiento a distintos personajes franceses que visitaban la Argentina, entre ellos Georges Clemenceau, quien obsequió obras de arte al club, Adrienne Bolland, Jean Mermoz, Antoine de Saint-Exupéry, André Malraux, Abbé Pierre, o visitantes extranjeros como el Príncipe de Gales, futuro rey Eduardo VIII.
En 1941, el Club Francés compró el edificio de diez plantas de Rodríguez Peña 1932, que aún ocupa. El solar pertenecía a la familia Vázquez Mansilla y con la compra se adquirieron obras del pintor Eduardo Sívori. La planta baja y el primer piso incluyen comedores, salones y bares. Los apartamentos están disponibles para los miembros y sus invitados. En la entrada, dos tablas dan los nombres de personalidades argentinas, españolas y francesas que han frecuentado el Club. Placas de bronce conmemoran acontecimientos o el paso de visitantes ilustres. El bar inglés de la planta baja está adornado con el lema Liberté, Égalité, Fraternité y un cuadro de Napoleón en la batalla de Wagram. En el gran salón se exhibe un cuadro que representa al mariscal Ferdinand Foch encabezando el desfile de la Victoria el 14 de julio de 1919, el busto de Madame Récamier de Houdon y una Marianne de mármol de Joseph Carlier. Los apartamentos están decorados con muebles antiguos y grabados franceses. El edificio fue restaurado en 2011 y se abrieron al público el restaurante y bar de la planta baja así como la mayoría de los apartamentos, bajo el nombre de Hotel Club Francés. La última placa conmemorativa fue colocada en 2014 con motivo de la celebración del cincuentenario de la visita de estado del General de Gaulle a Argentina en 1964.