Brilla la comedia italiana en el cine de la mano de Neri Marcoré
Escrito por Pablo De Vita el 26 julio, 2024
(14 de Julio de 2024, Buenos Aires) – Los recuerdos de la clásica comedia italiana regresan a la cartelera comercial argentina con el estreno de El divino Zamora, de Neri Marcoré que llegará a las salas de todo el país el jueves 18 de Julio y marca la renovada presencia del cine italiano en cartel luego de la exitosa Settimana del Cinema Italiano desarrollada el pasado Abril en Cinépolis Recoleta. En la Argentina, el nombre de Neri Marcoré seguramente no sea tan famoso como su perfil al ser uno de los actores más representativos del cine italiano contemporáneo desde que se dio a conocer al público muy joven, a los 12 años, en diversos programas de televisión incluso participando en el programa Ricomincio da due , conducido por Raffaella Carrà. Marcoré debutó en el cine con la película Ladri di cinema de Piero Natoli y desde entonces participa en diversas comedias y desarrolla una fecunda carrera teatral. Pero en el cine, será su labor con Pupi Avati en Il cuore altrove que lo convertirá en un reconocido intérprete siendo nominado al David di Donatello al mejor actor principal y por dicho rol ganó el Nastro d’Argento. Desde entonces trabajó en el cine a las órdenes de Davide Ferrario, y volvió a trabajar con Pupi Avati en La segunda noche de bodas, en la que la famosa cantante de ópera Katia Ricciarelli debutó como actriz y ganó el Nastro d’Argento a la mejor actriz principal por su interpretación y Marcoré obtuvo su segunda nominación a este premio. En 2007 Marcoré acepta trabajar en Lezioni di Cioccolato, con la actriz y cantante Violante Plácido y, además, acepta la propuesta de Walter Veltroni en apoyar al Partido Demócrata de la centro izquierda italiana.
En paralelo a su trayectoria teatral desarrolla una exitosa carrera como cantante y no olvida el mundo del cine. En 2010 protagonizó la película La desaparición de Patò , basada en la novela homónima de Andrea Camilleri , dirigida por Rocco Mortelliti quien se suma a los nombres de Carlo Virzì, Roberto Cimpanelli, Rocco Mortelliti, Florian Henckel von Donnersmarck, Philippe Claudel, Sergio Rubini, Paolo Genovese, Cristina Comencini, entre otros grandes del cine italiano que lo dirigieron. Neri Marcoré con Zamora, además de reservarse un papel fundamental en la trama, se permite luego de su larga trayectoria debutar como director. La película está basada en la novela homónima escrita por Roberto Perrone: «Es una película que tiene muchas interpretaciones con un protagonista que debe crecer desde el punto de vista sentimental, en las relaciones humanas. Es alguien que estaría encerrado en su caparazón, con un padre engorroso. A raíz de un cambio de trabajo al que se somete, se ve obligado a abandonar sus certezas y afrontar a la vez una historia sentimental y una amistad con un hombre mayor que él, una especie de maestro, al que interpreto. Hay fútbol de fondo, pero no es una película sobre fútbol», declaró Marcoré al diario La Repubblica. Estrenada este año en el Festival Internacional de Cine de Bari recibió una Mención especial de fotografía a Duccio Cimatti.
La historia traslada la acción a la Italia de los años 60, Walter Vismara es el contador de una pequeña fábrica provincial. Tras mudarse a Milán por necesidad, se encuentra trabajando en una empresa cuyo dueño está obsesionado con el fútbol y le encanta que sus empleados jueguen un partido cada año. Sin embargo, a uno de los dos equipos que se tendrán que enfrentar le falta un arquero y Walter, para cumplir los deseos del jefe, se hace pasar por uno, a pesar de que nunca le ha interesado el fútbol. Ahora tendrá que intentar encontrar una solución antes del partido para disimular su incompetencia.
La pelicula El divino Zamora no sólo permite reconocer el perfil de Neri Marcoré y añadir a sus múltiples facetas como actor, cantante e imitador el rol de director, sino también reencontrar uno de los puntales desde los cuales el cine italiano brilló en las pantallas del mundo de la mano de ingeniosas comedias que no esconden la emoción.