A cambio de la medida, los grupos indígenas acordaron poner fin a las multitudinarias protestas que se desataron en el país y que dejaron al menos siete personas muertas y 1,340 heridos y 1,152 arrestados, según los más recientes datos ofrecidos por la Defensoría del Pueblo.
La decisión se dio tras varias horas de una reunión que estuvo presidida por la Conferencia Episcopal de Ecuador y Naciones Unidas, y de la que participaron representantes del Gobierno, entre ellos Moreno, y varios grupos indígenas como la Conaie, la Feine y la Fenocin.
De esta manera, ambas partes se decidieron trabajar juntas en el desarrollo nuevas medidas con las que se pretende aumentar los ingresos y reducir el gasto público. “Sin duda algún sacrificio de cada una de las partes porque eso es un acuerdo, el ceder de parte y parte” dijo el presidente Lenín Moreno.
Arnaud Peral, delegado de la ONU en las conversaciones, recibió con agrado que “el tiempo de paz, y acuerdo hayan llegado al país”.
Para estas organizaciones indígenas, no había otra salida para poner fin al caos en el país que se prolongó durante diez días, e incluso aseguraron estar dispuestos a dar la vida por la causa.
Durante las conversaciones, Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) defendió el bloqueo de las carreteras que se extendió por todo el territorio nacional y rechazó que se les calificara de terroristas.
En el encuentro también condenaron la represión por parte de las autoridades y criticaron el accionar de la Ministra de Gobierno, María Paula Romo; y del ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, exigiendo sus renuncias. “Si en verdad quiere seguir construyendo los sueños de nuestro país y nuestro pueblo, cambie la estructura de todo el país” puntualizó Vargas.