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A la cárcel

Escrito por el 13 febrero, 2019

“El Chapo” Guzmán enfrenta la cadena perpetua luego de que un jurado de Nueva York lo encontrara culpable de los diez delitos de narcotráfico, posesión de armas y lavado de dinero de los que fue acusado. La defensa anunció que apelará. La sentencia final se conocerá el próximo 25 de junio.

Richard P. Donoghue, procurador de Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, declaró que el veredicto de culpabilidad era una victoria para las autoridades policiales, para México, donde 100.000 personas habían muerto a causa de la violencia de las drogas, y para las familias que han perdido a alguien por el “agujero negro de la adicción”.

“Hay quienes dicen que la guerra contra las drogas no vale la pena pelear”, agregó Donoghue. “Esas personas están equivocadas”.

Sin embargo, el Cártel de Sinaloa que “El Chapo” Guzmán dirigió durante décadas en México sigue operando. Entre 2016 y 2017, cuando Guzmán fue llevado a Nueva York para ser procesado, la producción de heroína mexicana aumentó en un 37% y la incautación de Fentanillo en la frontera suroeste se disparó en más del doble, según la Administración de Control de Drogas. La DEA advirtió en su último informe que la organización criminal del Chapo y el Cártel de Jalisco Nueva Generación siguen siendo la amenaza más grande para Estados Unidos.

“El Cártel de Sinaloa sigue operando pero está muy dividido y fragmentado porque ‘El Chapo’ dirigía las operaciones incluso desde la cárcel de México, pero el traslado a Estados Unidos lo aisló completamente y el cártel se empezó a debilitar. El Cártel de Jalisco está ampliando su red de operaciones”, explica Raúl Benítez, investigador en seguridad y narcotráfico de la Universidad Nacional de México.

Es la primera vez que un jurado de EE.UU. escucha los más íntimos pormenores del financiamiento, la logística y la sangrienta historia de uno de cárteles que durante décadas ha introducido al país enormes cantidades de heroína, cocaína y drogas sintéticas.

Durante tres meses fueron escuchados 56 testigos, 14 de ellos muy cercanos al barón de la doga mexicano, entre ellos su primer empleado, uno de sus secretarios personales, la amante con la que huyó, el hijo de su mejor amigo y heredero de su imperio.

Testigo tras testigo, se detallaron los sobornos con los que compraron a policías, militares y al establecimiento político de México en todos sus niveles, incluido el expresidente Peña Nieto quien, aseguraron, habría recibido 100 millones de dólares. También declararon haber entregado coimas millonarias a todo el congreso de Colombia.

Faltó un testigo clave, Ismael Zambada García, ex socio del “Chapo”, alias “El Mayo”, y quien según la defensa de Guzmán, es el verdadero cerebro del cártel. Hace 50 años que “El Mayo” anda libre pese a ser buscado por la policía.

Según Raúl Benítez, “algunos de la defensa intentaron desviar la atención de los testimonios hacia ‘El Mayo’ Zambada, para tratar de limpiar la responsabilidad del ‘Chapo’ para ver si el jurado se la creía, de que ‘El Chapo’ no era el más importante sino ‘El Mayo'”.

“Nunca me enfrenté a un caso con tantos testigos colaboradores y tanta evidencia”, dijo Jeffrey Lichtman, uno de los abogados de Guzmán. “Hicimos todo lo que pudimos como abogados defensores”.

A. Eduardo Balarezo, otro de los abogados de Guzmán, agregó acerca de su cliente: “Cuando vino aquí, ya todos lo consideraban culpable, desafortunadamente. No sólo estábamos luchando contra la evidencia, estábamos luchando contra la percepción de los testigos”.

Entrevistado por RFI: Raúl Benítez, investigador en seguridad y narcotráfico de la Universidad Nacional de México.

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