3 de diciembre
Escrito por Jorge Cabrera el 3 diciembre, 2019
Robert Louis Balfour Stevenson murió en Vailima, cerca de Apia, en Samoa, el 3 de diciembre de 1894.
El novelista, poeta y ensayista escocés dejó como legado una vasta obra que incluye crónicas de viaje, novelas de aventuras e históricas, así como lírica y ensayos.
Se lo conoce principalmente por ser el autor de algunas de las historias fantásticas y de aventuras más clásicas de la literatura juvenil, como La isla del tesoro, la novela histórica La flecha negra y la popular novela de horror El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, dedicada al tema de los fenómenos de la personalidad escindida y que puede ser clasificada como novela psicológica de horror.
Varias de sus novelas continúan siendo muy famosas y algunas de ellas han sido llevadas varias veces al cine del siglo XX, en parte adaptadas para niños. Fue importante también su obra ensayística, breve pero decisiva en lo que se refiere a la estructura de la moderna novela de peripecias.
Ante la aparición de la novela naturalista o psicológica, Stevenson reivindicó el relato clásico de aventuras, en el que el carácter de los personajes se dibuja en la acción. Su estilo elegante y sobrio y la naturaleza de sus relatos y sus descripciones influyeron en escritores del siglo XX.
Murió en 1894 de una hemorragia cerebral. Un año antes había relatado en una carta: «Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos». Era conocida su afición al alcohol, lo que le había acarreado diversos problemas de salud. Su cuerpo fue enterrado en la misma isla, en el monte Vaea.
Fue muy apreciado en su tiempo y siguió siéndolo después de su muerte. Tuvo continuidad en autores como Joseph Conrad, Graham Greene, G. K. Chesterton y H. G. Wells y en los argentinos Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.