Vuelta atrás
Escrito por Jorge Cabrera el 27 marzo, 2019
El presidente Jair Bolsonaro ordenó realizar “las conmemoraciones debidas” en los cuarteles por el 55° aniversario del levantamiento militar que el 31 de marzo de 1964 instaló una dictadura de 21 años en Brasil.
No es la primera vez que Jair Bolsonaro muestra su nostalgia por la época de la dictadura. Para el nuevo presidente brasileño, lo que ocurrió el 31 de marzo de 1964 no fue un golpe de Estado, y se tiene que conmemorar como corresponde.
“Nuestro Presidente ya determinó que el Ministerio de Defensa realice las conmemoraciones debidas relacionadas con el 31 de marzo de 1964, incluyendo (la lectura de) un orden del día patrocinado por el Ministerio de Defensa, que ya fue aprobado por nuestro Presidente”, dijo a la prensa el portavoz Otávio Rego Barros.
El responsable indicó que las celebraciones deberán realizarse acorde a “aquello que los comandantes consideren dentro de sus respectivas guarniciones, y dentro del contexto en que deben ser realizadas”.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 64 años, se ha declarado un admirador de la dictadura militar que derrocó al presidente João Goulart y gobernó el país hasta 1985.
Bolsonaro ha sido siempre un férreo defensor del régimen militar brasileño y desde que llegó al poder en enero ha reivindicado también a otras dictaduras militares en Latinoamérica en los años 70 y 80, como la del paraguayo Alfredo Stroessner y la del chileno Augusto Pinochet.
Hace dos años, el mandatario brasileño afirmó que “el error de la dictadura fue torturar y no matar”, y durante el impeachment a la expresidenta Dilma Rousseff, elogió a un notorio torturador de la líder del Partido de los Trabajadores.
Según una Comisión Nacional de la Verdad, hubo durante la dictadura brasileña 434 asesinatos y centenares de detenciones arbitrarias y de opositores torturados.
Con RFI