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Los peores

Escrito por el 18 enero, 2019

La organización Human Rights Watch (HRW) presentó un informe sobre la situación de los derechos humanos en América Latina. El texto denuncia la represión en Venezuela y Nicaragua, calificadas de “dictaduras”. José Vivanco, director de la ONG para las Américas, cuestiona asimismo el discurso autoritario de Bolsonaro en Brasil, la expulsión la Cicig en Guatemala o las ambigüedades de López Obrador en México. Una excepción a sus ojos, los avances en Ecuador.

Son malos tiempos para los Derechos Humanos en América Latina, según denuncia José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. Este jueves, presentó el informe desde Sao Paulo, Brasil, país en el centro de las críticas de la organización por el nuevo presidente, Jair Bolsonaro. Nunca antes en la región había llegado por la vía democrática un político con un discurso tan anti derechos humanos.

“Estamos en una etapa muy oscura, muy preocupante en Brasil y en México. Centroamérica es un desastre, con Honduras, El Salvador y Guatemala”, resume Vivanco.

«Cincuenta y siete millones de personas votaron abiertamente por Bolsonaro con una plataforma, con una retórica claramente anti derechos humanos, reivindicando la dictadura militar de Brasil, el uso de la tortura contra las mujeres, los negros, la población LGBT, apostándole al nacionalismo y prometiendo además el paraíso en la tierra”, recalca.

Salvando mucho las distancias, Human Rights Watch también se muestra preocupada por el populismo de izquierda que, según Vivanco, encarna el nuevo presidente de México. Acusa a Andrés Manuel López Obrador de populista por no tener planes claros para atender las necesidades de los mexicanos. Además critica su estrategia para luchar contra la violencia.

“Promete todo al electorado, incluso en materia de derechos humanos, y hasta ahora pareciera que no tiene un plan, un proyecto claro por ejemplo para atender la debacle que él hereda. Es un discurso que no ofrece mayores detalles. ‘Lo importante es que usted me elija. Una vez que me elija, yo resuelvo el problema de la corrupción, de la impunidad de la violencia en México…’ Lo cierto que estamos viendo que por ejemplo en lo que es el uso de los militares, no sólo no cambia nada, sino que hace que el trabajo militar, que se suponía era transitorio y que alguna vez regresaría a los cuarteles, se transforma en una opción permanente”, denuncia Vivanco.

El director de HRW pone el acento en Venezuela y Nicaragua, dos de los casos más graves, a su entender, y también se enfoca en el caso de Guatemala, por expulsar a la de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) de la ONU.

“Maduro obviamente hoy día constituye una dictadura. Es un dictador, es un gobierno de facto con prisioneros políticos, con censura a los medios, con persecución, con una crisis humanitaria realmente espantosa, que no tiene precedentes en la región. Quizás el caso más grave de América Latina, acompañado del de [Daniel] Ortega y [la vicepresidenta Rosario] Murillo, su mujer. En Nicaragua, se han convertido en unos dictadores sanguinarios, despiadados, que utilizan la tortura, las ejecuciones. En un par de meses mataron más de 300 personas: policías y agentes parapoliciales. Hay una persecución sistemática contra los medios de comunicación, expulsó a las oficinas de Naciones Unidas, de la OEA», subraya

De Guatemala, Vivanco deplora: «El gobierno ha logrado expulsar a la principal entidad que hacía investigaciones sobre corrupción, impunidad, narcotráfico, abusos de poder, la Cicig. Simplemente porque el gobierno de Guatemala decidió mover su embajada de Tel Aviv a Jerusalén: con eso consiguió el beneplácito de Donald Trump para retroceder en lo que es la rendición de cuentas, el estado derecho». «El gobierno en este instante cuenta con una sentencia de la corte constitucional de Guatemala que lo obliga a respetar este mecanismo que investiga la corrupción, y sin embargo están en total desacato y el gobierno de Estados Unidos es cómplice», asevera.

A ojos de Vivanco, el caso que se salva en este sombrío panorama es el de Ecuador.

“El gobierno encabezado por Lenín Moreno ha ido gradualmente desmantelando todos los amarres autoritarios construidos por Rafael Correa. Hoy en día, por ejemplo, se ejerce con total amplitud la libertad que expresión, el derecho a la asociación por parte de la población civil y los indígenas, y también se están haciendo todas las reformas necesarias para restituir la independencia del Poder Judicial”, se felicita el director de HRW.

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