Múltiples caminos
Escrito por admin el 26 febrero, 2019
El Grupo de Lima descartó el uso de la fuerza en el cerco que pretende estrechar contra Nicolás Maduro, aunque Estados Unidos dejó abiertas «todas las opciones» para forzarlo a dejar el poder en la agobiada Venezuela.
Al término de una reunión en Bogotá, en la que participó el opositor Juan Guaidó y el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, el bloque se apartó de la salida militar a la crisis.
La participación de líderes de la región fue importante, así como la presencia de Mike Pence, pero sobre todo, fue importante “la actitud que tomaron los representantes del Grupo de Lima de apostar por una salida no violenta. Como dijeron algunos de ellos, sobre todo el presidente colombiano Iván Duque, no se trata de un enfrentamiento entre guerra y paz sino entre democracia y dictadura”, explica Carlos Malamud, especialista de América Latina en el Real Instituto Elcano.
“La idea de la intervención militar está ahí pero nadie la menciona de forma concreta lo cual quiere decir que si bien como dijo Trump en su momento, es una opción que está sobre la mesa, en realidad su puesta en marcha inmediata es algo muy complicado y no hay planes de contingencia para iniciar una operación de este tipo”, prosigue el analista.
En efecto, sin Estados unidos es difícil que otro país se lance en solitario. Los militares brasileños, por ejemplo, “no se quieren ver involucrados en un enfrentamiento de este tipo y esto es compartido por buena parte de sus colegas de la región. Otra opción sería ir formando con los desertores del Ejército venezolano una fuerza capaz de intervenir pero por el momento no es algo plausible”, considera Malamud.
En cuanto a Juan Guaidó, tras el fracaso que conoció al no poder entregar la ayuda humanitaria a los venezolanos, varias opciones se le presentan. Según el especialista, “ha señalado por lo menos uno de sus diputados que Guaidó piensa volver a Venezuela. Se especulaba con que se podía quedar en Colombia, pero evidentemente eso implicaría una cierta desmovilización de sus bases, no es lo mismo conducir in situ que desde el exilio”.
Sin embargo, “la movida que esto implica supone un elevado riesgo no solamente de que pueda ser detenido, algo que ya fue en su momento aunque fue liberado al poco tiempo, sino inclusive que su vida corra cierto peligro”.
Guaidó no tiene mucha opción, debe “evidentemente mantener la movilización, el problema es cuánto tiempo: en el corto plazo el tiempo puede jugar a favor de Maduro, pero en el medio y largo plazo el tiempo está jugando a favor de la oposición”, concluye Carlos Malamud.
RFI