Macron se endurece
Escrito por Jorge Cabrera el 20 marzo, 2019
La primera marcha en que convergen los defensores del clima y los “chalecos Amarillos”, el sábado 16 de marzo, se vio tristemente eclipsada por los hechos de violencia que tuvieron lugar en la Avenida de Los Campos Elíseos donde miembros de los llamados “blacks bloc” atacaron algunas de las boutiques de marca, joyerías, restaurantes de lujo y entidades bancarias, símbolo de la Francia de los ricos. Una vez más estos ultra radicales de izquierda cayeron como paracaidistas sobre un movimiento social de importante presencia en las calles, lo fagocitaron y utilizaron el espacio de la manifestación para escenificar sus violentas acciones anticapitalistas.
Lo particular es que en esta ocasión, los “blacks bloc” absorbieron la cólera de algunos “chalecos amarillos” que abiertamente expresaron su hastío ante un poder que no los escucha emulando las acciones brutales de los radicales vestidos de negro y encapuchados.
Hace 18 sábados que los “chalecos amarillos” manifiestan. Y siempre los “blacks blocs” rondan estas marchas dispuestos a tomarse la escena. Estaba anunciado que aparecerían en la manifestación. Y pese a ser más que anunciada su presencia, pudieron prender fuego a los locales de la prestigiosa avenida parisina mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, vestido con traje de esquiador, contemplaba desde lo alto las pistas en los Perineos en esa soleada tarde sabatina.
¿Era posible gestionar de otra manera la manifestación del sábado ante unos actos vandálicos que eran más que anunciados? Para el sociólogo especialista en el Mal y la Violencia, Michel Wiwiorka existen evidentes errores políticos en el tratamiento del conflicto social y de la violencia:
“Si hay violencia es porque hay rabia. Y hay rabia porque el tratamiento político de la crisis no existe. La crisis se trata con represión. A la violencia de los actores, el poder responde con violencia. Y esa violencia impide que se hable del contenido, del sentido de los “chalecos amarillos”
Una vez terminaron los desmadres en Los Campos Elíseos, el Secretario general el sindicato Unsa de la Policía advirtió que si se quiere reamente solucionar el problema de la violencia en las manifestaciones se deben dar respuestas políticas.
El sociólogo y presidente de la Casa de Ciencias del Hombre, Michel Wiwiorka, subraya la ausencia de diálogo entre el poder y el movimiento social de los “chalecos amarillos” pese a los “Grandes Debates” que el gobierno ha organizado a nivel nacional “El Gran Debate no es un diálogo entre el Presidente y los “chalecos amarillos”, dice Wiwiorka y agrega: “Los sectores sociales no han recibido de propuestas de parte del poder. Estamos en un momento donde no hay respuestas políticas porque no hay sistema político”.
De regreso de su tarde de esquí, el jefe de Estado francés llamó a reforzar la represión con medidas complementarias a las que ya han sido adoptadas desde que empezó la contestación de los “chalecos amarillos”. Un mensaje subliminal del presidente al Consejo Constitucional que debe pronunciarse sobre la recién aprobada ley antidisturbios o anti vándalos en manifestaciones. Opinión que comparte Cielo Rusinque, abogada Constitucionalista y presidenta de la Comisión de derechos fundamentales de la Asociación de juristas franco colombianos.
“El presidente está reafirmando la necesidad de que el Consejo Constitucional se pronuncie sobre la constitucionalidad, la oportunidad y la legalidad de esta serie de medidas cuando se trata de garantizar la seguridad en el país en la coyuntura actual. Es una ley (la ley anti vándalos) que atenta a juicio de muchos -especialmente de los constitucionalistas- contra muchos de los valores y de los principios constitucionales fundamentales, como la libertad a manifestar, derecho de locomoción, libertad de reunión. De hecho, se le ha llamado ley liberticida y represiva. Y lo que el presidente y los sectores del gobierno defienden es que solamente estas medidas extremas permitirán volver a un Estado de normalidad” Para la abogada constitucionalista las últimas medidas de ese tipo han recrudecido la violencia y cita el ejemplo de la utilización de las balas de goma cuya legalidad reafirmó el Consejo Constitucional, pese al recurso presentado ante este ente. “Y no fue eso lo que desanimó la protesta, no a la gente a salir a las calles. Al contrario, eso ha aumentado más la violencia”.
Con RFI, por Angélica Pérez