Esta rapidez supone también que ningún sistema de defensa dispone de suficiente tiempo para reaccionar una vez que el misil llega a un rayo detectable. El Avangard tiene además la capacidad de cambiar de rumbo y de altura en pleno vuelo.
Expertos consideran que es altamente peligroso para el equilibrio militar mundial ya que al no alcanzarse a saber si un misil lleva o no una carga nuclear, la respuesta puede ser inapropiada y desproporcionada.
Recordemos que Estados Unidos y Rusia se retiraron en agosto pasado del tratado de desarme nuclear que habían firmado al final de la Guerra Fría. Ante esta preocupación, el presidente Vladimir Putin había sugerido en septiembre en el Foro Economico Oriental que Estados Unidos comprara sus misiles hipersónicos y así, según sus palabras, «reequilibrar todo de un golpe».