Los mercados lo prefieren
Escrito por admin el 22 octubre, 2018
Los inversores se sienten alentados por la posibilidad de que el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro llegue al poder en Brasil debido a sus promesas de privatización, poco claras hasta ahora pero más apreciadas que el status quo ofrecido por su rival de izquierda Fernando Haddad.
La Bolsa de Sao Paulo se disparó cuando Bolsonaro grabó con holgada ventaja la primera vuelta, pero devolvió muchas de sus ganancias cuando dio archa atrás en los proyectos de cesión de activos del Estado en una economía que sale a duras penas de dos años de recesión (2015-2016).
El respaldo de los mercados se debe en gran medida al anuncio de que Bolsonaro designaría como ministro de Hacienda a su asesor Paulo Guedes, un economista liberal formado en la Universidad de Chicago, que ha propuesto una reestructuración para acabar con las tradiciones proteccionistas de Brasil.
Pero Guedes ha contemplado medidas que van mucho más allá de lo que Bolsonaro -un veterano político que apoyó durante mucho tiempo el modelo estatista- está dispuesto a vender.
Bolsonaro precisó la semana pasada que, de ser electo, solo permitirá privatizar actividades periféricas de Petrobras o de Eletrobras, descartó la participación de grupos extranjeros en la generación de energía y puso reparos a que China siga “comprando Brasil”.
Las acciones de Eletrobras, que genera alrededor de un tercio de la electricidad en Brasil, llegaron a desplomarse casi un 14% durante el día siguiente, para cerrar con una baja de 8%.
Giro económico
“El giro de Bolsonaro sobre las privatizaciones probablemente refleja su falta de conocimiento y de una posición clara sobre la política energética y su sesgo populista”, dijo la analista Lisa Viscidi, de la consultora centrada en las Américas The Dialogue, con sede en Washington.
Viscidi considera sin embargo que “Bolsonaro continuará con una política general de apertura de los sectores del petróleo y la energía”.
Eso lo convierte en el preferido de los mercados frente a Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), que quiere frenar las privatizaciones y acrecentar el papel del Estado en la endeudada Petrobras.
Los inversionistas se están tomando “en serio” el guiño al mercado de Bolsonaro, dijo Roberta Braga, otra analista estadounidense, del Atlantic Center.
La política de Guedes “significaría un cambio significativo, hasta impactante para Brasil”, afirmó Braga. Pero incluso si ese plan no se cumpliera en su totalidad, “es probable que veamos un conjunto moderado de políticas promercado”, agregó.
En contraste, “el programa económico aún vago y poco claro de Haddad preocupa a los inversores, que temen que Brasil dé marcha atrás en la ruta de la competitividad” y que busque retomar la política contraria a las privatizaciones de su mentor, el hoy encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Brasil, la mayor economía de América Latina, ocupa el puesto 153 de 180 países en el Índice de Libertad Económica elaborado por The Heritage Foundation, un think tank conservador estadounidense.
El informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial de este año clasificó al país en la posición 72, de una lista de 137, por debajo de Sudáfrica y Turquía.
Amplia ventaja en los sondeos
Bolsonaro -un excapitán del Ejército y un veterano congresista admirador de la dictadura militar (1964-1985)- obtuvo un 46% de los votos en la primera vuelta electoral del 7 de octubre, frente a 29% para Haddad.
En las encuestas para la segunda vuelta del 28, le saca también una amplia ventaja de 18 puntos a su adversario de izquierda (59% a 41%).
En sus casi tres décadas en el Congreso, Bolsonaro se opuso a los intentos de privatizar las empresas estatales. Recientemente admitió que no sabía casi nada de economía y eligió a Guedes para que elaborara políticas para sanear las cuentas públicas.
Parte del plan es extender las privatizaciones iniciadas bajo el gobierno del impopular presidente Michel Temer, frenadas por resistencias políticas y por los escándalos de corrupción que pusieron en peligro su mandato.
Sin embargo, Bolsonaro ha dicho que “lo que es estratégico no puede ser privatizado”, incluyendo en esa categoría a los bancos estatales. Para otras empresas ha sugerido una solución con “golden shares”, las acciones que le permiten al Estado tener poder de decisión sobre las orientaciones estratégicas de un grupo, incluso con una participación minoritaria.
“Los inversionistas van a estar mirando de cerca. Lo que es seguro es que con Bolsonaro Brasil no va a volver a la política nacionalista de Lula sobre los recursos naturales, que seguramente Haddad retomaría”, dijo Viscidi.
RFI