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Los 90 de Julio Le Parc

Escrito por el 24 septiembre, 2018

Por Alicia de Arteaga

En una mañana de sol pleno, con pronóstico de lluvia, tormenta y afines, los amigos de Julio Le Parc se dieron cita en el muelle del Tigre para zarpar rumbo a la Isla El Descanso. Un paraíso en la tierra creado por Claudio Stamato, con el aporte sensible de Andrés Felipe Durán, donde fue celebrado ayer el cumpleaños número 90 del mendocino nacido en Palmira, radicado en Francia en 1958, ganador en 1996 del Gran Premio de la Bienal de Venecia.

Radiante, contento, acompañado por una bella y joven mujer de rasgos asiáticos, Le Parc se prodigó en aplausos, abrazos y fue paciente hasta el infinito para la incalculable cantidad de selfies reclamada por los asistentes. Llegaba de Córdoba, donde inauguró esta semana una muestra fenomenal, celebrada por público y crítica, en la sede central de tarjeta Naranja, edificio que ya es un ícono de la capital mediterránea, firmado por Atelman, Fourdace y Tapia, los mismos arquitectos del Malba, de Figueroa Alcorta y San yartin de Tours.

Siempre activo y con una agenda sin tregua, Le Parc confirmó que el año próximo tendrá muestra por partida doble en el Museo Nacional de Bellas Artes y en el CCK, en cuyo lobby se exhibe uno de sus atractivos móviles que seducen la mirada. Entre tango y tango, Yamil Le Parc recordó que también el Met neoyorquino reclama la obra de su padre, considerado figura de culto entre los más jóvenes.

¿Qué más le puede pedir a la vida este joven de 90 que está en plena producción, reconocido universalmente por su aporte al arte cinético, precursor del uso de la luz en las artes visuales, de las obras interactivas y un activista iconoclasta que es y será faro del arte argentino en el mundo?
Ayer, durante la celebración en el parque magnífico de la Isla El Descanso, rodeado de las esculturas de Carlos Gallardo, Gamarra, Bastón Díaz, Reinoso y Marie Orensanz, entre otros geniales artistas, recibió innumerables muestras de afecto de críticos, galeristas, coleccionistas, amigos de toda la vida y last but not least, aplaudió los tangos más requeridos del repertorio de su hijo Yamil, que ha sido todos estos años el impulsor urbe et orbi de la obra de Le Parc.

Tras 39 años de un casi anonimato, Le Parc recibió en 2013 el espaldarazo de una muestra ovacionada por el público en el Palais de Tokyo, de París. La iniciativa del centro cultural, creado por iniciativa del crítico y gurú Pierre Restany en el entorno privilegiado de la avenida Presidente Wilson, resultó un golpe de gracia.

Esa mega visitada por multitudes fue la ocasión oportuna para revisitar su obra y confirmar los múltiples aportes del maestro mendocino al arte contemporáneo.

Poco después, la prestigiosa casa Hermès, con base en Faubourg Saint-Honoré, lo elegía como inspiración de sus celebres carrés (pañuelos), un privilegio de grandes como Daniel Buren o Joseph Albers. Así nació la serie La Gran Marcha, un encuentro de arte y moda bajo el sello de la marca más elegante de Francia.
Finalment, la fiesta de los 90 pudo más que el pronóstico de Accuweather… y no llovió.
¡Feliz cumpleaños maestro!

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