Descubren cráneo clave en la evolución humana
Escrito por Jorge Cabrera el 30 agosto, 2019
Un grupo internacional de investigadores ha descubierto un cráneo australopiteco en un estado de conservación excepcional. Encontrado en 2016 en la región etíope de Afar, donde ya había sido hallada Lucy, este nuevo fósil arroja nuevas luces sobre la historia de la humanidad.
La mandíbula, los lóbulos frontales y parietales, la cavidad nasal, las órbitas… Todo está increíblemente bien conservado, a pesar de los 3,8 millones de años pasados bajo tierra. Este fósil, bautizado MRD, es el de un Australopithecus Anamensis, la especie más antigua de este género.
Dos especies contemporáneas
Hasta entonces, se estimaba que habían vivido entre 4,2 y 3,9 millones de años atrás, sin embargo este descubrimiento rejuvenece la especie por 100.000 años. No es mucho en esta escala de tiempo pero no es insignificante, puesto que entretanto ha aparecido otra especie de Australopithecus, Afarensis, de la cual Lucy es la representante más famosa.
Este nuevo espécimen, descubierto en 2016, implica por lo tanto que las dos especies fueron contemporáneas durante al menos algunas decenas de miles de años, cuando los científicos pensaban que una había sucedido a la otra.
El buen estado de conservación del cráneo ha permitido reconstruir el rostro de este individuo en imágenes computadas. Permite ver que comparte algunos rasgos con Afarensis, pero también con otros grupos humanos más antiguos y primitivos como Ardipithecus y Sahelanthropus.
Una datación posible gracias a los minerales en el suelo
Esta datación de 3,8 millones de años de antigüedad fue posible gracias al análisis de los minerales presentes en las capas de roca volcánica que se encontraban en el área de excavación. Al combinar las observaciones de campo con el estudio de restos biológicos microscópicos encontrados en la región, los investigadores también pudieron reconstituir el paisaje y la vegetación de la época.
El cráneo fósil fue encontrado entre los depósitos arenosos de una zona donde un antiguo río llevaba a un lago ahora desaparecido. Los movimientos tectónicos en el Valle del Rift etíope generaron durante milenios el nacimiento de las llanuras que caracterizan la región de Afar.
Los científicos también descubrieron granos de polen fósil y restos de plantas y algas. Concluyeron que el lago estaba rodeado de bosques, de una cuenca principalmente seca y probablemente salada en ciertos momentos.
Todos estos elementos permiten entender mejor la evolución de las especies Australopithecus, y a partir de cuándo las ramas se separaron para formar el género Homo, el nuestro. Durante mucho tiempo se pensó que Afarensis era uno de los antepasados del Homo, pero esta hipótesis es hoy en día minoritaria.