Cumpliendo promesas de campaña

Entre sus primeras medidas, Jair Bolsonaro otorgó la demarcación de las tierras indígenas al Ministerio de Agricultura, que encarna los intereses del agronegocio, regularmente en conflicto con organizaciones de trabajadores rurales, indígenas y grupos de protección del medio ambiente.

Por Francho Barón, corresponsal de RFI en Rio de Janeiro

El nuevo gobierno de Jair Bolsonaro ya ha comenzado a dar sus primeros pasos con la aprobación de algunas medidas, entre las que destaca el traspaso de las demarcaciones de las tierras indígenas al ministerio de Agricultura, cuya titular a partir de ahora es Teresa Cristina, quien fuera la presidenta de la bancada ruralista en el congreso es decir, la que defiende los intereses de la agronegocio.

En Brasil existen actualmente 462 tierras indígenas que abarcan aproximadamente el 12,2% del territorio nacional, la mayor parte en la Amazonía.

Hasta ahora habían sido gestionadas por la Fundación Nacional del Indio (Funai). La medida tomada por Bolsonaro va en la línea de lo prometido por el nuevo mandatario en la campaña electoral, cuando fue muy crítico con las políticas que según él tratan a los indios como animales en zoológicos.

Su nuevo enfoque consiste, en sus palabras, en emancipar a los indios el poder público y darles la libertad de elegir si quieren abrazar otros modos de vida.

La medida ha destapado la caja de los truenos entre las organizaciones indigenistas y medioambientales que la interpretan como una forma de entregar zonas hasta ahora preservadas del Amazonas a las corporaciones agropecuarias.