Desde hace semanas, un centenar de incendios forestales asolan Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney. La mitad de ellos siguen sin control, provocando nubes de humo tóxicas que alcanzan a la ciudad más grande de Australia.
“De las 10 de la mañana a las 15 horas no se veía casi nada nada por el humo viene de todos los fuegos forestales que están por aquí cerca de la ciudad”, explicaa Jaime Silva, obrero de una constructora de Sídney.
“El gobierno recomienda a quienes tengan problemas respiratorios que se queden dentro de la casa. Si uno quiere permanecer afuera tiene que usar máscaras para respirar. El humo de los fuegos forestales lleva partículas que pueden entrar en los pulmones de la gente y provocar irritaciones”, agrega.
Los hospitales han constatado un aumento significativo en urgencias de pacientes con problemas respiratorios. El 10 de diciembre, cuando la calidad del aire era la peor de los últimos días, el número de personas ingresadas aumentó además un 80%.
“En el parvulario de mi hija en general durante el día salen y juegan afuera, pero en estos días con el humo no los dejan salir”, apunta Silva. “Cuando uno maneja ve cómo la ciudad tiene un aspecto apocalíptico, todo es amarillo y se siente el olor del humo. La gente tiene los ojos irritados”, agrega.
El jueves Australia batió el récord del día más caluroso desde que hay registros por segundo día consecutivo, con una media nacional de 41,9 grados.
Se trata de un grado más que el miércoles, cuando se alcanzó un nuevo récord de temperatura al sobrepasar la temperatura del martes, que superó el récord anterior de 40,3 grados en enero de 2013.
Más de 70 incendios hacen también estragos en el estado de Queensland, al norte de Nueva Gales del Sur, incluido uno en Peregian, cerca del centro turístico de Noosa, en la costa.
El sur y el oeste de Australia también son pasto de las llamas.
Al menos tres millones de hectáreas se han quemado en las últimas semanas. Seis personas murieron y más de 800 casas fueron destruidas.
Los científicos señalan que este año los incendios han llegado antes y han sido más violentos de lo habitual debido a la sequía récord provocada por el calentamiento global. Los matorrales están muy secos, lo que propicia el fuego. Algunas ciudades se están quedando sin agua potable.
Los activistas del clima acusan al gobierno conservador de ser reacio a tomar medidas contra el calentamiento global para proteger las importantes exportaciones de carbón del país.