14 de junio
Escrito por Jorge Cabrera el 14 junio, 2019
El 14 de junio de 1986 murió Jorge Luis Borges en Ginebra, a los 86, víctima de un cáncer hepático. El erudito escritor argentino es considerado uno de los más destacados de la literatura del siglo XX.
Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y el pensamiento universales, además de objeto de minuciosos análisis y múltiples interpretaciones, excluye todo dogmatismo. Sus libros más conocidos, Ficciones (Ficciones) y El Aleph (The Aleph), publicados en la década de 1940, son recopilaciones de cuentos cortos interconectados por temas comunes, como sueños, laberintos, filosofía, bibliotecas, espejos, escritores de ficción y mitología.
Las obras de Borges han contribuido a la literatura filosófica y al género de fantasía, y algunos críticos han considerado que marca el inicio del movimiento realista mágico en la literatura latinoamericana del siglo XX. Sus últimos poemas conversan con figuras culturales como Spinoza, Camões y Virgil.
Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, dramas teológicos, invenciones geométricas y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje que, en sus obras, Borges ofrece tanto a los estudiosos como al lector no especializado. Sobre todo, la filosofía, concebida como perplejidad; el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad.
Nacido en Buenos Aires, Borges se mudó con su familia a Suiza en 1914, donde estudió en el Collège de Genève. La familia viajó mucho por Europa y a su regreso a la Argentina, en 1921, Borges comenzó a publicar sus poemas y ensayos en revistas literarias surrealistas. También trabajó como bibliotecario y profesor público. En 1955, fue nombrado director de la Biblioteca Pública Nacional y profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires. Se quedó completamente ciego a los 55 años. Los estudiosos han sugerido que su ceguera progresiva lo ayudó a crear símbolos literarios innovadores a través de la imaginación. En la década de 1960, su trabajo se tradujo y publicó ampliamente en los Estados Unidos y Europa. El propio Borges hablaba con fluidez varios idiomas.
En 1961, obtuvo el reconocimiento internacional cuando recibió el primer premio Formentor (Prix International), que compartió con Samuel Beckett. En 1971, ganó el Premio de Jerusalén. Su reputación internacional se consolidó en la década de 1960, ayudada por sus obras disponibles en inglés, por el boom latinoamericano y por el éxito de Cien años de soledad de García Márquez. Dedicó su trabajo final, Los conjurados, a la ciudad de Ginebra, Suiza. El escritor y ensayista J. M. Coetzee dijo de él: «Más que nadie, renovó el lenguaje de la ficción y así abrió el camino a una notable generación de novelistas hispanoamericanos».
Galardonado con numerosos premios, fue también polémico por sus posturas políticas de corte conservador, que pudieron ser óbice para ganar el Premio Nobel de Literatura, al que fue candidato durante casi treinta años.