Para este español, la situación es «estresante» y «angustiante» porque «llevas una mascarilla puesta todo el día sin saber en qué momento te vas a poder infectar ni cómo te vas a poder infectar».
En Cantón, «las máscaras están agotadas, no se consiguen en ningún sitio; las que tenemos son las que guardábamos en las casas», dice por su parte Raidel Borges, músico cubano instalado desde hace dos años en esa ciudad situada a casi mil kilómetros de Wuhan.
«A pesar de que aquí se han registrado pocos casos, siete u ocho, las medidas son estrictas», explicó también Borges.
«Las calles de Cantón están totalmente vacías. Los bares y las discotecas nocturnas están cerrados. Yo, que soy músico, no puedo trabajar. Hay puestos de control en los condominios cerrados y en los supermercados como Wall Mart con personas con termómetros que toman la temperatura antes de que uno pueda ingresar a esos lugares muy concurridos».
La provincia de Guangdong (sur), la más poblada de China, decretó este domingo el uso obligatorio de mascarilla respiratoria a sus 110 millones de habitantes, con el objetivo de frenar la epidemia de neumonía viral que afecta al país.
El uso de mascarilla también ha sido decretado obligatorio en la provincia de Jiangxi (centro) y otras grandes ciudades, como la de Wuhan (centro), donde se detectó el brote del nuevo coronavirus.
El ministerio chino de Industria y Tecnología de la Información declaró que «hará todo lo necesario para aumentar la oferta» de mascarillas ante el espectacular aumento de la demanda desde el inicio de la epidemia.