El memorando de entendimiento allana el camino para una fusión en la que los accionistas compartirían el capital 50/50, sin cierre de ninguna de las fábricas en el mundo. Según el comunicado, la realización efectiva de la fusión tendría lugar en 12 a 15 meses.
Los ahorros generados por las sinergias permitirán, paralelamente, invertir masivamente en las tecnologías y los servicios que van a modelar la movilidad del futuro, respondiendo al desafío de las regulaciones sobre las emisiones de CO2, subrayaron los dos grupos.
Los europeos saben que en los próximos cuatro o cinco años, el mercado del automóvil vivirá, una verdadera revolución, lo que implica desafíos técnicos y económicos de tal envergadura que solo los grandes grupos serán capaces de asumir.
Las capacidades de inversión que exige desarrollar el automóvil eléctrico, conectado y autónomo, hacen que el tamaño sea indispensable para diversificar los riesgos y mutualizar costos.
Este nuevo grupo se posicionará después de Toyota, Volkswagen y la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, y delante General Motors.