En la réplica, en un discurso con tintes anti europeístas, Matteo Salvini se cargó de muletillas fraseológicas y slogans populistas, con escaso meollo y floja articulación de ideas. Ha hablado de maniobra económica valiente, de seguridad, de desarrollo y de prosperidad, de familia y de mundo católico –hasta de la protección del inmaculado corazón de la Virgen María.
En medio de todo esto, dejó espacio abierto a seguir en el gobierno. Ahora le toca al presidente de la República Sergio Mattarella, quien tras la pertinente ronda de consultas con los partidos debe decidir sobre un gobierno ante la posible apertura de una mayoría relativa entre el Movimiento 5 Estrellas, el Partido Demócrata y otros.
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