El proyecto de ley, que ya ha sido publicado en la página web de la cámara baja del Parlamento ruso, la Duma, incluye una serie de medidas para reforzar el papel del Parlamento.
Lo más importante: el nombramiento del primer ministro que ya no será sólo cosa del presidente, sino en primer lugar de los diputados. También es importante que limita los mandatos presidenciales a dos, incluso aunque no sean consecutivos. Se supone que es una vacuna contra nuevos presidentes eternos. Pero no está claro cuándo entraría en vigor, y si en 2024 él está afectado por esta norma o, por el contrario, se pone el contador a cero.
No ha pasado desapercibida la creación de un Consejo de Estado que se encargará de “determinar las líneas principales de la política interna y exterior de la Federación de Rusia”.
Actualmente es un cuerpo de bajo perfil que asesora al presidente, pero ahora por primera vez estará ‘consagrado’ en la Constitución. En 2024 Putin tendrá 72 años, y una salida podría ser presidir este consejo cuyo relanzamiento es inminente.
“Putin quiere ser el dirigente vitalicio del país”, denunció el lunes Alexei Navalny, su principal opositor, en un artículo divulgado en redes sociales.
“Es una usurpación del poder, eso es lo que está pasando, y hay que combatirla”, añadió.