Por el medio ambiente
Escrito por admin el 3 octubre, 2018
El gobierno alemán anunció un acuerdo sobre el futuro de los viejos vehículos diésel demasiado contaminantes. Sin embargo, las consecuencias financieras para los constructores de autos no están claras.
Políticos y fabricantes llevaban meses tratando de encontrar un compromiso para organizar la costosa actualización de la flota de vehículos diésel, una tecnología inventada en Alemania.
Tras una reunión nocturna en Berlín, los responsables del Partido Socialdemócrata (SPD) y los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) anunciaron un acuerdo de mínimos para promover «un aire limpio y la seguridad de la movilidad en nuestras ciudades».
Un acuerdo impreciso
Sin tomar decisiones definitivas sobre este asunto, el texto presentado por el gobierno abre a los propietarios de un viejo auto diésel con normas Euro 4 y Euro 5 la posibilidad de modificarlo a expensas del fabricante, o de cambiarlo por uno nuevo o de segunda mano beneficiándose de una prima.
Estas medidas se limitan sin embargo a las 14 ciudades con mayor contaminación, entre las cuales figuran por ejemplo Múnich, Stuttgart, Colonia, Hamburgo o Dusseldorf, pero no Berlín.
La factura podría resultar cara para los fabricantes, que provocaron la crisis al trucar un programa de los automóviles diésel para que parecieran menos contaminantes en los controles de emisiones de gases nocivos.
Sin embargo, la contribución exacta de los fabricantes sigue sin determinar. Aunque todos han propuesto una prima de varios miles de euros para el cambio de vehículo, BMW rechaza asumir las reparaciones, Daimler (Mercedes-Benz) no ha tomado aún una decisión, y solamente Volkswagen ha aceptado claramente adaptarse a las nuevas normas.
Un tema espinoso para el gobierno
El gobierno se comprometió a pagar el 80% de los costos de puesta en conformidad de los vehículos municipales o comerciales muy contaminantes. Pero «fue la industria automovilística la que generó este problema y ella debe pagar», reiteró el lunes la ministra alemana de Medio Ambiente, Svenja Schulze (SPD).
Varios tribunales alemanes amenazan con prohibir los viejos vehículos diésel en decenas de centros de ciudades. La perspectiva de estas prohibiciones, que ya entraron en vigor parcialmente en Hamburgo y están previstas para el año próximo en Stuttgart, aceleró la caída de las ventas de vehículos diésel. Su cuota de mercado pasó de 48% en 2015 a 39% en 2017.
Se trata de un asunto complejo en Alemania, donde la industria automovilística representa cerca de 800.000 empleos, y ha enfrentado a los ministros socialdemócratas con los conservadores del frágil gobierno de coalición de Angela Merkel.
RFI