Digo no
Escrito por admin el 9 agosto, 2018
El Senado rechazó la sanción de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo con 38 votos en contra, 31 a favor, 2 abstenciones y 1 ausente.
Pese al entusiasmo y las manifestaciones populares a favor de la legalización del aborto, la Cámara alta de senadores no aprobó esta iniciativa y dejó al país con una legislación de 1921 que solo acepta la interrupción del embarazo en casos de violación o cuando la vida de la madre está en peligro. La presión de la Iglesia y de los grupos conservadores pudo más en Argentina, país donde el Estado y la Iglesia no son poderes independientes.
Con 38 votos en contra y 31 a favor, el Senado argentino rechazó el proyecto de ley a favor de la legalización del aborto, considerado actualmente como un delito penado hasta con cuatro años de cárcel.
El proyecto de ley había sido aprobado por la Cámara de Diputados el 8 de junio pasado y solo esperaba la confirmación de los senadores para convertirse en ley. Sin embargo, las presiones de la Iglesia católica y de los grupos conservadores pudieron más que las estadísticas que indican que pese a las restricciones y las sanciones, en los últimos 30 años más de 3 mil mujeres perdieran la vida y otras 49,000 pusieran año a año en riesgo su salud y sus vidas.
La presión de la Iglesia y los grupos conservadores
Pese a que la marea verde parecía haber ganado las simpatías de la ciudadanía, durante los últimos días los votos de los senadores se fueron inclinando en contra de este proyecto de ley y al tratarse de una Cámara mucho más conservadora, varios de ellos se escudaron tras sus creencias religiosas y la necesidad de salvar las dos vidas la de la madre y la del feto para justificar su voto en contra.
Además, está el hecho de que Argentina es un país donde la Iglesia no es independiente de las decisiones del Estado, en el artículo 2 de la Constitución nacional vigente se afirma que: “El gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”. Es más, hasta antes de la reforme constitucional de 1994, era obligatorio que los ocupen el Poder Ejecutivo profesaran la religión católica apostólica romana. De hecho, cuando Carlos Menem asumió la presidencia argentina en 1989 tuvo que abandonar la religión musulmana y convertirse a la fe cristiana.
También pesa el hecho de que mientras que la Cámara de Diputados representa al pueblo pues sus representantes son elegidos de acuerdo al censo nacional, la Cámara Alta tiene un número fijo de tres senadores por provincia lo que le da ventaja a los grupos conservadores. Así las cosas, es entendible la fuerza que tiene la coalición conservadora Cambiemos de la que forma parte el presidente Mauricio Macri, quien, a pesar de haber propuesto el debate, estaba también en contra de la legalización del aborto.
Finalmente, las declaraciones del Papa Francisco respecto al aborto también orientaron el debate. Días después de que el proyecto había sido aprobado en la Cámara de Diputados, él dijo lo siguiente: “El siglo pasado todo el mundo estaba escandalizado por lo que hacían los nazis para cuidar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo pero con guantes blancos”.
El debate del aborto en la próxima legislatura
Si bien este resultado ha sido un duro golpe para la Campaña por el Derecho al Aborto Legal que inició su recorrido en 2006, todo hace prever que más temprano que tarde el aborto como una potestad de la mujer será ley. El apoyo ciudadano, así como el hecho de que la mayoría de senadores menores de 40 años estén a favor de la legalización del aborto reafirma esta esperanza. Por lo pronto, se tendrá que esperar hasta el 1 de marzo de 2019, fecha de inicio de la nueva legislatura para debatir desde cero este proyecto.
Los países de América Latina en los que existe una prohibición total del aborto son: Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Haití, Malta y Honduras. Mientras que aquellos en los que está legalizado son Uruguay, Cuba, Puerto Rico y Guyana. Además existe una tendencia cada vez más creciente en América Latina a debatir la legalización del aborto.
La Organización Mundial de la Salud alertó a finales de 2017 de que cada año se realizan 25 millones de abortos inseguros en el mundo, la mayoría de ellos en países en desarrollo. El 97% de estos abortos se producen en África, Asia y América Latina, de acuerdo con un informe elaborado por el organismo de las Naciones Unidas junto con el Instituto Guttmacher.
RFI