“Decidí presentar los cargos con mucho pesar, pero también con entereza y un profundo compromiso con la ley, el interés público y con los ciudadanos de Israel¨.
En el llamado «caso 4000», Netanyahu es sospechoso de haber otorgado favores gubernamentales que pudieron aportar millones de dólares al jefe de la sociedad de telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura mediática favorable por parte de uno de los órganos del grupo, el sitio Walla.
En el «expediente 1000», se acusa a Netanyahu de haber recibido más de 700.000 séqueles (unos 185.000 euros) de regalos de parte de riquísimas personalidades, en especial del productor Arnon Milchan y del millonario australiano James Packer, a cambio de favores financieros o personales.
En el «caso 2000», el primer ministro es sospechoso de haber tratado de lograr una cobertura favorable en el mayor diario de pago de Israel, el Yediot Aharonot.
El anuncio que tanto se hizo esperar, se produce un día después de concluido el mandato otorgado por el presidente Rivlin al rival de Netanyahu, Benny Gantz para formar gobierno y después de un fracaso similar del propio Netanyahu.
¿Qué pasará ahora? La rebelión en su partido, el Likud, ya comenzó. El diputado Gideon Saar ya le retó el liderazgo y quedan dudas legales si bajo cargos criminales puede el diputado Netanyahu ser nuevamente candidato a Primer Ministro.
Si la Knesset no logra el apoyo de sesenta y un diputados a otro diputado en los próximos veintiún días, Israel se encamina a nuevas elecciones en marzo, las terceras de doce meses.
Para Netanyahu, quien ofreció a la prensa poco tiempo después un anuncio desde su página de Facebook, se trata de un intento de derrocarle por medio de las cortes ya que los investigadores policiales chantajearon a los testigos en su contra “al estilo de la mafia”.