Ariadna en Naxos, inaugura la temporada lírica 2024 del Teatro Colón
Escrito por Pablo De Vita el 6 marzo, 2024
El próximo viernes 12 de abril a las 20:00 horas, la temporada lírica 2024 del Teatro Colón comenzará con Ariadna en Naxos de Richard Strauss y libreto de Hugo von Hofmannsthal. Esta reposición del Teatro Colón contará con la dirección de escena de Marcelo Lombardero, la dirección musical de Günter Neuhold al frente de la Orquesta Estable del Teatro Colón, el diseño de vestuario de Luciana Gutman y el diseño de escenografía de Diego Siliano. Los principales intérpretes serán Carla Filipcic-Holm, Eiko Senda, Sergio Escobar, Fermín Prieto, Tamara Gura, Laura Grecka, Ekaterina Lekhina y Constanza Díaz Falú. Las seis funciones programadas se llevarán a cabo los días viernes 12, martes 16, miércoles, jueves 18 y viernes 19 de abril a las 20:00 horas y domingo 14 de abril a las 17:00 horas.
La historia se desarrolla durante una gran fiesta que ofrece un rico mecenas de la ciudad de Viena, y en la cual se ofrecen dos espectáculos muy diferentes en los que se confrontan y combinan los elementos de la ópera trágica y la ópera cómica. Personajes mitológicos y de la antigua commedia dell´arte entrecruzan sus destinos en esta pieza desbordante de inspiración literaria y musical.
Marcelo Lombardero integró el Coro de Niños y del Coro Estable del Teatro Colón y fue un reconocido barítono en teatros de América y Europa. Se retiró en 2005 paraasumir la dirección artística del Teatro Colón –donde también creó y dirigió la Ópera de Cámara– y comenzó su carrera como director de escena. Ha colaborado con otros importantes teatros del país, como el Argentino de La Plata, donde fue director artístico. Tuvo a su cargo las puestas de Mahagonny-Songspiel, Al claro de luna y Aventures et Nouvelles Aventures de Lygeti. En el Teatro Colón realizó nuevas producciones de El castillo de Barbazul, La fanciulla del West, Diálogos de Carmelitas, El emperador de la Atlántida de Ullman, El rey Kandaules de Zemlinsky, Jonny spielt auf de Krenek y Wozzeck. Trabajó en Europa y América. Llevó a escena, entre otros títulos, Otello de Verdi y Rossini, Otra vuelta de tuerca, La vida breve, Tristán e Isolda, María de Buenos Aires, Tosca, Suor Angelica, Manon Lescaut, Macbeth, La clemenza di Tito, Las bodas de Fígaro, Don Giovanni, La carrera del libertino, Ariadna en Naxos, y El oro del Rin. Recibió premios en la Argentina (Crítica Musical, ACE, Teatros del Mundo, Clarín, Konex y María Guerrero), Polonia (por la producción de Lady Macbeth de Mstensk en el Teatro Wielki de Poznan), México (el Lunas por Carmen en el Palacio de Bellas Artes y Chile (Círculo de Críticos de Arte de Chile por Billy Budd).
Günter Neuhold nació en Graz. Estudió dirección orquestal en la Hochschule de su ciudad y tomó cursos de perfeccionamiento con Franco Ferrara, en Roma y con Hans Swarowsky, en Viena. Fue Director Musical de la Orquesta Sinfónica Arturo Toscanini y del Teatro Regio de Parma; Director Artístico de la Real Filarmónica de Flandes en Amberes; Director General de Música en el Badisches Staatstheater de Karlsuhe; Director General y Artístico del Teatro de Bremen; Director Titular y Artístico de la Orquesta Sinfónica de Bilbao; y Director Titular y Artístico de la Orquesta Sinfónica de Chipre. Entre otras orquestas ha dirigido a la Staatskapelle de Dresde, la Orquesta Philarmonia, la Orquesta Nacional de Francia, la Sinfónica de la Radio de Berlín, la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino, la Orquesta Gulbenkian, la Sinfónica de Singapur, la Sinfónica Nacional de la Argentina y la Filarmónica de Buenos Aires. Dirigió en La Scala de Milán, el San Carlo de Nápoles, La Fenice de Venecia, la Ópera de Roma y la Ópera de París. Su discografía incluye El castillo de Barbazul, La condenación de Fausto, Madama Butterfly y La consagración de la primavera. En 1999 recibió la Medalla de Honor de Plata al Mérito de la República Austríaca. En 2018, la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina le otorgó la distinción al Mejor Director de Orquesta.
En el programa de mano del Teatro Colón, Santiago Giordano anota que: «La idea inicial de Ariadne auf Naxos fue de Hugo von Hofmannsthal, en 1911, cuando trabajó en la adaptación de Le bourgeois gentilhomme de Molière para el Deutsches Theater que dirigía Max Reinhardt. Como remate de la comedia, el poeta y dramaturgo pensó en introducir una ópera seria de argumento mitológico, en lugar del colorido divertissement del original. Una ópera representada dentro de la comedia, para coronar la opulenta velada en casa de Monsieur Jourdain. Sobre esta idea, Richard Strauss, además de la música de escena de la obra de Molière, compuso Ariadne auf Naxos para el final.
El libreto de Hofmannsthal, la puesta de Reinhardt y la música de Strauss, que además dirigió la orquesta, no fueron suficientes para que el estreno alemán de Le bourgeois gentilhomme, el 25 de octubre de 1912 en Stuttgart, pudiese considerarse un éxito. Nunca es sencillo explicar un fiasco –mucho más si se trata de Richard Strauss–, pero es probable que la hibridez del espectáculo y su extensión de casi seis horas hayan desconcertado al público: para los melómanos, demasiado texto; para los fanáticos de la prosa, un desvío musical inesperado, además de una mixtura entre lo trágico y lo bufonesco difícil de comprender. Más tarde, en busca de otras alternativas, Hofmannsthal separó la comedia de la ópera y reemplazó la pieza de Molière por un prólogo, en el que el protagonista no es el burgués de París con sus complejos, sino otro, acaso parecido, en Viena. Liberada del compromiso de Molière y su personaje, el prólogo pasó a desarrollarse en una residencia vienesa en la que se prepara la representación de Ariadne auf Naxos para un selecto grupo de invitados. El efecto del teatro adentro del teatro se construye en la confusa animación producida por cantantes, un compositor, su maestro y personajes de la commedia dell’arte.
Strauss tardó en prestar atención a la reformulación de Hofmannsthal. El compositor estaba ocupado por entonces en terminar Josephslegende para los Ballets Rusos de Diaghilev y comenzaba a trabajar sobre La mujer sin sombra, también con Hofmannsthal, cuyo estreno sería demorado por la Primera Guerra Mundial. Recién en 1916 elaboró el prólogo, para el que recuperó varios momentos de la música de escena que había compuesto para la comedia de Molière y recuperó la ópera, sustancialmente sin cambios. La que fue la versión universalmente conocida y representada de Ariadne auf Naxos se estrenó en la Hofoper de Viena el 4 de octubre de 1916, bajo la dirección de Frank Schalk.
En Ariadne auf Naxos realidad y ficción definen los polos de la acción dramática. El prólogo, retrato mordaz del mundo teatral y sus traqueteos, enmarca la representación de la ópera. La figura del compositor está rodeada de artistas que se preparan para interpretar su obra, con todas las actitudes, disputas y neurosis de un estreno. Una doble perspectiva entre la escena real y la mitológica en la que los personajes, como en un juego de espejos, se desdoblan en dos imágenes de una misma identidad psicológica. Esta ambigüedad se multiplica: la mezcla de lo trágico con lo cómico está en la idea original de Hofmannsthal, del mismo modo que la síntesis entre géneros y estilos definen la música de Strauss».
El elenco estará integrado por Carla Filipcic-Holm (12, 14, 16, 18) y Eiko Senda (17, 19); Sergio Escobar (12, 14, 16, 18) y Fermín Prieto (17, 19); Tamara Gura (12, 14, 16, 18) y Laura Grecka (17, 19); Ekaterina Lekhina (12, 14, 16, 18) y Constanza Díaz Falú (17, 19); Alejandro Spies (12, 14, 16, 18) y Leonardo Estévez (17, 19); Pablo Urban (12, 14, 16, 18) y Pablo Pollitzer (17, 19), en los diversos roles como parte del numeroso elenco de esta obra. Ariadna en Naxos tiene dos partes, llamadas el Prólogo y la Ópera. La primera parte muestra las cosas que pasan entre bambalinas y que llevan a la segunda parte, que es de hecho una ópera dentro de la ópera. La historia tiene lugar en Viena, en época indeterminada. La ópera tiene lugar en casa del «hombre más rico de Viena», en la que se hacen preparativos para una velada musical. Han llegado dos grupos de músicos: unos cómicos liderados por la maliciosa comediante Zerbinetta, y una compañía de ópera, que representará una ópera seria Ariadna en Naxos. La primera parte de la ópera se desarrolla detrás del escenario, y se refiere a los preparativos para la representación. En el prólogo, el mayordomo anuncia que un intermedio cómico debe representarse después de una ópera seria. El compositor está desolado: un intermedio gracioso nunca debería representarse después de su obra de arte. Pero la intervención de Zerbinetta, cantante del elenco cómico, lo deja fascinado. Después de discutir qué debe ir primero, si lo serio o lo cómico, el mayordomo anuncia la decisión de su señor: que se representen al mismo tiempo, lo que hace que los preparativos caigan en el caos. Al principio, el impetuoso y joven compositor no parece dispuesto a ceder y rechaza introducir cambio alguno en su ópera. Pero cuando su maestro de música le señala que la paga depende de aceptar la situación y le aconseja ser prudente -y cuando Zerbinetta despliega todo su encanto sobre él- abandona sus objeciones. El compositor confía en que la música demuestre ser la más sagrada de las artes. Pero cuando se da cuenta de a qué ha dado su consentimiento, de nuevo cae en la desesperación y se marcha. El acto único presenta en el escenario es una isla desierta con una gruta al fondo, Naxos, en la que fue abandonada Ariadna por Teseo. Ella se lamenta, desesperada, por haber sido abandonada, y solo espera al mensajero de la muerte. Zerbinetta y sus cuatro compañeros de la compañía cómica entran e intentan animar a Ariadna con canto y baile, pero no lo consiguen. Zerbinetta, en una conversación privada, de mujer a mujer, le intenta insuflar optimismo. En una deslumbrante pieza de coloratura, le cuenta que los hombres son infieles por naturaleza, que no merece la pena llorar por ellos y la manera más sencilla de superar un corazón roto es encontrar un nuevo amor. Pero esto no anima a Ariadna. Aparecen entonces los compañeros de Zerbinetta, que empiezan a perseguirla. Ella coquetea con unos y otros, pero desaparece con su elegido, Arlequín. Las tres ninfas -Náyade, Dríade y Eco- anuncian la llegada de un forastero a la isla. Al principio, Ariadna cree que él es el mensajero de la muerte; pero de hecho es el dios Baco, que está bajo el encantamiento de la hechicera Circe. Él canta su victoria sobre Circe. Ariadna se da cuenta de lo vacía que estaba su vida y cree que él es el mensajero de la muerte, que por fin ha llegado. Baco, fascinado por la belleza de Ariadna, cree que es una maga como Circe. Se enamora inmediatamente de ella y promete que la pondrá en los cielos como una constelación. Ariadna se da cuenta de que una nueva vida se abre ante ella, y Baco se enamora de nuevo. Zerbinetta regresa brevemente para repetir su filosofía del amor, inspirada por el éxito de su conversación con Ariadna, dice que siempre caemos cautivos de un nuevo dios. Baco afirma su amor: «Antes morirán las estrellas que tú entre mis brazos». La ópera acaba con el canto apasionado de Ariadna y Baco.
Más información: https://teatrocolon.org.ar/produccion/ariadna-en-naxos/