21 de junio
Escrito por Jorge Cabrera el 21 junio, 2019
Nicolás Maquiavelo murió en Florencia el 21 de junio de 1527, a los 58 años, a causa de una peritonitis. Nacido bajo el nombre Niccolò di Bernardo dei Machiavelli, fue un diplomático, funcionario, filósofo político y escritor italiano, considerado padre de la Ciencia Política moderna.
Maquiavelo fue una figura relevante del Renacimiento italiano y en 1513 escribió su famoso tratado de doctrina política titulado El príncipe, póstumamente publicado en Roma en 1531.
Nació en el pequeño pueblo de San Casciano in Val di Pesa, a unos 15 km de Florencia, el 3 de mayo de 1469, hijo de Bernardo Machiavelli, un abogado perteneciente a una empobrecida rama de una antigua familia influyente de Florencia, y de Bartolomea di Stefano Nelli, ambos de familias cultas y de orígenes nobiliarios, pero con pocos recursos a causa de las deudas del padre.
Entre 1494 y 1512 estuvo a cargo de una oficina pública y visitó varias cortes en Francia, Alemania y otras ciudades-estado italianas en misiones diplomáticas.
Aunque nunca lo dijo, se le atribuye la frase el fin justifica los medios, ya que resume muchas de las ideas contenidas en el capítulo XVIII de El príncipe: solo el resultado justifica la acción, siendo además el creador del concepto de la razón de estado, fundamental en Política, y que se encuentra ulteriormente en Guicciardini y Giovanni della Casa, aunque solo con Giovanni Botero se desarrollará como doctrina (Della Ragion di Stato, 1589). Maquiavelo lo expone en sus Discursos sobre la primera década de Tito Livio (lib. III, cap. 41): «Que la patria se debe defender siempre con ignominia o con gloria, y de cualquier manera estará defendida».
Se considera a Maquiavelo como uno de los teóricos políticos más notables del Renacimiento, pues con su aporte se abre camino a la modernidad en su concepción política y a la reestructuración social. Decía que «si una persona desea fundar un estado y crear sus leyes, debe comenzar por asumir que todos los hombres son perversos y que están preparados para mostrar su naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasión para ello». Tradicionalmente, se ha encontrado una aporía en el pensamiento maquiaveliano como consecuencia de la difícil conciliación de sus dos obras principales, los Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El príncipe.
En 1512 fue encarcelado por un breve periodo en Florencia, y después fue exiliado y despachado a San Casciano. Murió en Florencia en 1527 y fue sepultado en la basílica de la Santa Cruz. Olvidado e ignorado por sus contemporáneos, su legado tuvo más éxito en siglos posteriores que en la época en la que vivió, donde la fría y poco religiosa forma de presentar el gobierno del estado causó gran escándalo. Siempre defendió la colectividad frente a la individualidad y nunca olvidó la cruenta y única verdad sobre la política y los gobernantes.